Sociedad Civil Catalana (SCC), la entidad constitucionalista presidida por Fernando Sáncehz Costa, ha puesto en marcha una nueva campaña alertando de las consecuencias que ha tenido y tiene el procés independentista para Cataluña. Lo ha hecho a través de carteles publicitarios en el Metro de Barcelona y en las ciudades de Tarragona y Girona con el lema Aturem la decadència. El objetivo es concienciar a los ciudadanos del «grave daño económico e institucional» que ha causado el procés separatista y de la «necesidad urgente» de organizarse y apartar democráticamente a los nacionalistas del poder.
«Los líderes independentistas nos han robado una década», ha recordado el líder de SCC, «o damos un volantazo político y cívico inmediato o la decadencia será ya irreparable». Y ha añadido: «Nos merecemos recuperar la mejor Cataluña, no la caricatura que nos ha dejado el procés«. Por eso, ha hecho un llamamiento a toda la ciudadanía y fuerzas cívicas a poner todo el capital humano en una «gran ola de cambio» para «reconstruir Cataluña».
Economía, confrontación y vagón de cola
Por su parte, el profesor de Economía en la UAB y portavoz de Economía y Empresa en SCC, Ferrán Brunet, ha explicado que «la economía catalana está en decadencia» y ha señalado tres factores: la crisis del COVID-19, donde Cataluña ha sido la comunidad autónoma que ha salido peor parada con más fallecidos por cada siete mil habitantes; el «proceso de confrontación que los separatistas y su gobierno de la Generalitat han hecho en la última década» y el cambio de económica de la indústria hacia los servicios, hecho que ha provocado que «Cataluña deje de ser el motor de España».
Durante la presentación telemática de la nueva campaña de SCC, el vicepresidente de la entidad y responsable principal de esta acción, Xavier Marín, ha explicado que la misma tiene como objetivo «sustituir al actual gobierno de Cataluña secesionista por un gobierno constitucionalista» y que constará de tres fases. Esta primera está orientada a la concienciación y que pretenden llegar a dos sectores sociales: los que votaban a la antigua Convergència i Unió (CiU), que han «prestado el voto al procés durante los últimos ocho años», y a los votantes constitucionalistas, los de la «mayoría silenciosa». La siguiente fase irá orientada a fomentar el activismo para el cambio y la última a «promover una cultura de clima favorable al pacto». Según Marín, en medio de las campaña «habrá una sorpresa en las playas» que aún no ha querido desvelar.