Se empieza a saber ya cómo será este año la conmemoración del 11 de setiembre. Los medios hablan, impropiamente, de una doble movilización, presencial y virtual, pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Por un lado, se convocarán manifestaciones y por otro se ha estrenado una nueva web a la que apuntarse.
En el aspecto presencial, en lugar de una manifestación multitudinaria como otros años, habrá, por razones sobradamente conocidas, unas cuantas pequeñas manifestaciones en diversos lugares, ante «edificios de la administración estatal española», lo que excluye la administración autonómica y la administración local. Serán más de cien puntos distribuidos por sesenta poblaciones.
Los convocantes, Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y Associació de Municipis per la Independència, proponen concentrarse concretamente ante las oficinas de la Agencia Tributaria, de la Seguridad Social y del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), sucesor del INEM —quedan excluidas pues la delegaciones del Gobierno y las comisarías de policía—. Siendo un viernes festivo, esas oficinas estarán vacías y las pancartas serán exhibidas ante puertas cerradas.
Se trata de que la gente se manifieste cerca de casa, evitando largos desplazamientos, y sin recurrir a autobuses. Y, por supuesto, atendiendo a las medidas de prevención sanitaria que estén vigentes ese día.
El lema será: «El deure de construir un futur millor, el dret de ser independents». Estamos lejos del lema de 2012, «Catalunya, nou Estat d’Europa», del de 2016, «Via lliure», o del de 2019, «Objectiu independència». El de este año parece el título de un ensayo y difícilmente será coreado por los manifestantes, que sin duda preferirán limitarse al socorrido «In, indà, indà pendèn cià».
Y el objetivo, como de costumbre, es «denunciar la discriminación que sufre Cataluña y reivindicar la independencia como único medio para poder disponer de todas las herramientas necesarias para salir de esta crisis con garantías y construir un futuro mejor».
A un mes vista, todo es bastante provisional. La ANC afirma que «será permeable a la evolución de la situación sanitaria en el país» —¿quién no?—, por lo que «la propuesta de movilización física puede ir evolucionando». De momento, ya están disponibles las camisetas, a 15 € las de adulto y a 8 € las infantiles.
Estrechar vínculos
En el aspecto virtual, se ha puesto en marcha ya una especie de facebook de pago, la Xarxa Independència. Es «una iniciativa de la Assemblea Nacional Catalana que quiere poner en contacto a ciudadanos de todo el país con asambleas de base y bloques solidarios, formando una gran red de acción y solidaridad ciudadana».
Para formar parte de esa red, hay que comprar un código QR, por un importe mínimo de 2 €. Mediante ese código, uno puede crear un usuario que le servirá para «establecer vínculos con otras personas, con asambleas de base de la Assemblea o con bloques solidarios».
La «asamblea de base» a la que apuntarse debe ser, presumiblemente, la de la localidad de residencia. No queda claro qué es un «bloque solidario», pero sí que hay cuatro, que reciben los nombres de «salud», «medio ambiente», «social» y «lengua y cultura catalanas», y que serán los beneficiarios del dinero aportado.
La retórica es de altos vuelos: «Crear una gran red virtual que muestre la implementación del independentismo en el territorio e ilustre la capacidad colectiva de las personas para realizar grandes cambios.»
Pero se adivina enseguida la intención de articular una sociedad dentro de la sociedad, una gran agrupación de personas que subordinen sus intereses individuales al interés colectivo y actúen coordinadamente en un futuro no lejano, cuando el estado mayor del proceso estime conveniente «volverlo a hacer».