Desde bien pequeña ha tenido que convivir con una dificultad visual que no se lo ha puesto nada fácil. Enamorada del deporte, Josefa Benítez, Pepi para los amigos, veía cómo una y otra disciplina se escapaba de sus posibilidades hasta que un día decidió probar con el tándem en ciclismo. Años más tarde, ella y su piloto Mayalen Noriega subirían al podio de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 para recoger la primera medalla en tándem femenino adaptado en la historia del deporte español.
¿En qué momento decides dedicarte al ciclismo?
El ciclismo se cruzó en mi camino un año que fui a correr la Behobia. Todos los afiliados de ONCE estábamos en el mismo hotel y coincidí con el responsable de tándem (en aquél momento lo gestionaba ONCE), que me dijo, literalmente, con tu edad (tenía unos treinta y pico años) en atletismo no tienes nada que hacer. No me molestaron sus palabras. Lo único que le contesté fue ¿y qué deporte podría hacer?. Su respuesta me sorprendió ¿porqué no pruebas a competir en tándem?, me dijo. Yo no tenía idea de que se pudiese competir en esta disciplina.
Como todo lo nuevo me atrae, le pregunté en que consistía y si había posibilidades de competir y llegar a unos JJPP. Me contesto que sí, gracias a mis características y a la base que ya tenía con el atletismo. Además, «sabes sufrir«, me dijo.
Soy una persona muy motivada e impulsiva por naturaleza, así que me ilusioné con hacer historia, sin pararme a pensar en todo el esfuerzo que eso me supondría. En realidad eso da igual, porque merece la pena.
¿Desde pequeña te gustó el ciclismo?
Siempre me gustó salir a pasear en bici con las amigas, pero a los 13 años, más o menos, decidí dejar de montar porque no controlaba bien las distancias, así que la descarté por completo.
Naciste con cataratas congénitas que fueron empeorando con el paso de los años. ¿Cómo afronta una niña este problema?
A modo de resumen, te puedo decir que soy la tercera de seis hermanos y la única con un problema visual. Mi infancia y adolescencia fueron difíciles. Siempre me preguntaba por qué me había pasado a mí.
Tengo vagos recuerdos y no son buenos. Era una niña muy insegura y retraída, por lo el deporte era un refugio. Era bastante patosa por culpa de mi falta de visión. Aún así, me llenaba mucho, me hacía desconectar.
Iba a un colegio de monjas con mi hermana mayor. Recuerdo que, a pesar de llevar mis gafas lupa, no veía bien las letras. Yo lo que decía era que no las sabía, así que las monjas me zarandeaban por no aprender la lección. Me castigaban en un cuarto oscuro, sin patio, o a estar de pie con los brazos en cruz. Imagínate, así pase todo ‘parbulitos’.
En primer curso, una profesora se dio cuenta que, a pesar de mi corrección, seguía sin ver bien. Pasaba horas y horas con mi madre en las salas de espera de diferentes médicos pero, la catarata no daba tregua, crecía a la par que yo. Al final, acabé en una clase piloto adaptada con grandes lupas.
Éramos unos 6 niños en el aula y cada uno aprendía a su ritmo, con su problema visual. A los más avanzados los integraban de nuevo a la escuela normal, pero yo iba unos cursos por debajo del que me tocaba . Pasaban los años y tenía que hacer un esfuerzo enorme para hacer las cosas que hacían mis compañeras. Necesitaba no sentirme diferente ni inferior a ellas que, además, tenían 2 años menos y me veían como un bicho raro. Imagínate, dos años mayor que el resto, y con una lupa para leer y escribir. Aún así, hice alguna amiga que todavía hoy conservo. Era una cuestión de supervivencia en un mundo hostil. Hace 50 años la integración no era tan fácil como ahora).
«Mis compañeras tenían dos años menos que yo y me veían como un bicho raro»
¿Nunca has tenido miedo a la bici?
Muchas veces tengo miedo, pero con el miedo no se vive, ni se consiguen sueños y no dejo que me domine.
«Con el miedo no se vive ni se consiguen sueños»
Mi campo visual es reducido y los obstáculos los distingo cuando los tengo casi encima. Creo que he desarrollado una increíble capacidad de reacción. Aún así el subidón de adrenalina te lo llevas.
¿Alguna vez te has sentido menos valorada que cualquier otro deportista de élite que no tenga una discapacidad?
Todavía queda gente que piensa que el deportista de elite discapacitado lo tiene mas fácil que uno sin discapacidad. Eso es erróneo, nuestro nivel de entrenamiento es más duro. Tenemos que superar más dificultades por culpa de nuestra discapacidad. Y aunque tenemos un nivel de competición altísimo, somos menos visibles y menos conocidos.
Además de alegrías, también habrás tenido momentos de bajón.
¿Puedes compartir alguno con nosotros?
Mi peor momento fue en el 2017, donde sufrí una desafortunada caída, me chafé las vértebras L1 y L5. No podía dar ni 3 pasos seguidos. Después de un año de médicos, una operación y rehabilitación, todavía seguía con alguna molestia lumbar. El tiempo de baja deportiva se estaba agotabando. O regresaba ya , o estaba en la calle.
Para quitarme presiones, tomé una de las decisiones más duras de mi vida, renunciar al deporte de competición, pero una a vez fuera, me sentía apática. Tenía que buscar una solución, así que en 2019 empecé de cero, sin apoyos ni ayuda. Qué cierto es eso de que cuando estás arriba todo el mundo te tiende una mano, pero cuando caes, pasan de ti. Solo cree en ti quien realmente te aprecia. Da igual que seas la única mujer en conseguir medalla de plata en unos Juegos (en ciclismo, tándem).
Las ilusiones me podían de nuevo y moví cielo y tierra para encontrar una piloto (Melisa Gomiz). Ambas dimos una gran lección, demostrar que el hecho de la nada regresó más fuerte que antes. Quedamos campeonas de España en velocidad y Ruta, aunque casi nadie apostase por nosotras. Ni aún así me echan un cable. Buena forma de apoyar al ciclismo femenino.
«Cuando estás arriba todo el mundo te tiende una mano. Si estás abajo, caes»
¿Es fácil encontrar a una ciclista que haga de guía?
No es nada fácil, y menos ahora que han salido tantos equipos femeninos. El sistema está mal montado. Bajo mi punto de vista, creo que la Federación de ciclismo, tanto española, como o catalana, tendrían que ayudarnos a buscar pilotos competitivas, ya que el tándem es otra modalidad más, que tienen un poco abandonada. En toda España solo hay dos tándem femenino y no se preocupan por echar un cable, por si tienes dificultades para encontrar guía. Por mucho que yo me esfuerce y entrene duro, sin piloto es imposible. El tándem femenino acabará desapareciendo.
«Por mucho que yo me esfuerce sin piloto es imposible. El tándem femenino acabará desapareciendo»
Supongo que es tan importante la coordinación física como personal ¿Cuál es la mayor dificultad de pedalear junto a otra persona?
Sincronizar los movimientos. La piloto que te acompaña se convierte en tus ojos. Ella es quien va dándote información para que puedas coordinar todos tus movimientos. Ponte de pie, viene un bache, pedalea más fluido, etc.
Velódromo de Rio 2016 junto a Bea Gómez 
Entrada a meta Londres 2012 
Avituallamiento ruta 2012 
Josefa Benítez y Melisa Gómez se proclaman en 2019 campeonas de España en ruta (Salamanca)
¿Muchas horas de entrenamiento conjunto?
No siempre entrenamos juntas. Con un día a la semana es suficiente. Eso sí, en periodo de competición dos días o concentración de varios días. Independientemente de esto, entrenamos entre 2 y 4 horas diarias, 6 días a la semana. Va dependiendo de si estamos cerca de una carrera de fondo. Vamos combinando los entrenamientos en bici y de dureza, en gimnasio.
Cierra los ojos, estás en Londres, año 2012. Estás en el podio de los JJOO junto a Mayalen Noriega. Habéis conseguido la primera medalla de plata para el ciclismo español en unos Juegos paralímpicos. ¿Qué sientes?
Un sinfín de emociones. Estoy a flor de piel. Siento euforia, tengo ganas de llorar, de chillar. No te lo crees. Te repites a ti misma, es verdad estas aquí Pepi, lo has conseguido. Has echo historia.
Cuando me vi en el podio de los JJOO sentí ganas de llorar, de chillar. Has hecho historia Pepi, me decía.
Josefa Benítez
¿Habías imaginado ese momento?
En algún entreno duro, para motivarte, te dices venga va.. y piensas, que guay sería subir al podio.
¿Cómo has llevado los meses de confinamiento?
Pues la verdad es que bastante bien porque soy muy camaleónica. Me adapto a las situaciones, es cuestión de mentalizarte. Se trata de marcarte una rutina de entreno en casa y distribuirte el tiempo para que te cunda y, a la vez, descansar más.
¿Cuál es tu próximo objetivo?
Me voy, obligada a cambiar el chip en ciclismo porque la Federacion Catalana tiene poco, o ningún interés en ayudarme. La española, más o menos igual. Me dedicaré a correr alguna carrera cuando me sea posible con ayuda de mi amiga Rakel, que en estos momentos me hace de guía.
La Federacion catalana tiene poco interés en ayudarme. La española, más o menos igual
Por otra parte, sin dejar el ciclismo del todo, tengo otros objetivos deportivos en mente que me están abriendo sus puertas de par en par, y me brindan su ayuda.
¿Nos adelantas algo?
Pues estoy pensando en el remo. La Federacion Española de Remo se está volcando en potenciarlo y, en el Reial club Maritm Barcelona, me han abierto sus puertas para ayudarme y formarme. Es un deporte muy completo, después del esquí de fondo es donde más musculación trabajas y, además, sin ningún tipo de impacto. Estoy encantadisima, muy motivada.
