En menos de una semana se cumplirá el tercer aniversario de los atentados del 17-A, acaecidos en Las Ramblas de Barcelona y en el paseo marítimo de Cambrils. En la memoria colectiva de muchos catalanes perduran imágenes muy duras y dolorosas de los atentados que causaron 15 víctimas mortales y más de un centenar de heridos de 34 nacionalidades distintas. Desde entonces, la Comunidad Autónoma se halla en alerta terrorista de 4 sobre 5 y, aun así, la policía autonómica catalana, que tiene las competencias de seguridad y de orden público en el territorio, carece de efectivos suficientes para cumplir con su trabajo. Incluso se ve obligada a patrullar en vehículos sin aire acondicionado, donde se alcanzan temperaturas de 42,8º C en pleno mes de agosto.
«No quiero ni pensar lo que podría suceder si se repitiera lo de hace tres años. Entonces ya teníamos menos agentes de los necesarios, pero los compañeros se ‘tiraron a la calle’ para ayudar en todo lo que pudieron. Ahora, todavía contamos con menos efectivos que entonces y trabajamos con material más viejo y obsoleto. Desde luego, la capacidad de respuesta no podría ser la misma del 2017», lamenta Roberto García, mosso y portavoz del Sindicato de Mossos de CCOO.
Repunte de los delitos
En estos momentos, Cataluña cuenta con 16.000 mossos, aunque precisa 1.500 más para cubrir las bajas por jubilación, cambio de profesión o defunción de los últimos años, según García. El portavoz del Sindicato de Mossos explica a qué se debe el déficit de efectivos: «Del año 2011 al 2019 no se amplió el cuerpo de Mossos d’Esquadra. La promoción del año pasado supuso el ingreso de 500 agentes y ahora se han incorporado 700 más. A todas luces, ambas promociones no cubren el déficit de efectivos que arrastramos desde hace 9 años».
«No quiero ni pensar lo que podría suceder si se repitieran los atentados del 17-A. Ahora, todavía contamos con menos efectivos que entonces y trabajamos con material más viejo y obsoleto. Desde luego, la capacidad de respuesta no podría ser la misma»
Óscar García, portavoz del Sindicato de Mossos de CCOO.
La situación preocupa, y mucho, porque este verano se constata un repunte de los hechos delictivos, especialmente en Barcelona y zona metropolitana norte y sur (sobre todo el Maresme y el Baix Llobregat), donde han aumentado las ocupaciones y robos con delincuencia e intimidación. En el distrito barcelonés de Ciutat Vella siguen siendo noticia, lamentablemente, los pequeños hurtos y las peleas a pie de calle. Un ejemplo: años atrás, Badalona, con 350.000 habitantes, disponía de cinco o seis patrullas y gestionaban la sala de comunicación tres agentes y un cabo. «Hoy en día, la ciudad se cubre con una patrulla y un agente en la sala que gestiona los servicios de Badalona, Sant Adrià y Santa Coloma», critica. Algunas comisarías no cuentan con patrullas para cubrir el servicio nocturno y se ven obligadas a pedir ayuda a policías locales y Guardia Urbana, en el caso de Barcelona. «Lo de este verano es vergonzoso», subraya.
Falta de higiene en los calabozos
CCOO denuncia que se están produciendo situaciones límite por falta de limpieza en los calabozos, como la presencia de chinches (en la comisaría de Sant Adrià del Besòs, por ejemplo) que producen picadas y alergias a los agentes y los detenidos. También se pasan mantas de unos detenidos a otros, sin desinfectar ni limpiar. En algunas instalaciones no funciona el aire acondicionado ni tampoco en algunos vehículos de tráfico, donde los mossos se ven obligados a realizar todos los trámites, soportando temperaturas de más de 42º C. «Desde los atentados del 17-A, llevamos una armilla encima de los uniformes que se diseñaron hace más de 10 años. La mascarilla hace que nos falte aire y tengamos problemas de refrigeración e hidratación. Si pasamos calor en la calle, no deberíamos soportarlo en comisaría», recalca.
El sindicato pone en duda que los vehículos de los mossos hayan pasado la ITV, ya que se han acreditado ruedas lisas o en mal estado, coches sin aire acondicionado, interiores deteriorados, motos que no funcionan y motoristas que no pueden atender un sevicio porque carecen de casco y furgonetas de atestados y transporte destrozadas. García señala a la Conselleria d’Interior y al Govern como los responsables de esta falta de recursos y efectivos, aunque los problemas se remontan a 10 años atrás. «Necesitamos una inversión potente ya, es lo más urgente. Somos conscientes que la ampliación del cuerpo con nuevas promociones de mossos llevará tiempo. Pero creemos que la crisis económica no facilitará las cosas«, se sincera. Y aunque parezca mentira, los mossos aún no han recibido la paga extra del año 2014: «Así es. La del 2013 la hemos cobrado este mes de julio».