Si ni la CUP se siente vinculada al «mandato del 1-O», se puede decir que esta fecha ya es historia. Según Vilaweb, la CUP manifiesta «la voluntad de encarar un nuevo embate independentista con el estado español con un nuevo referéndum de autodeterminación aprovechando que en el gobierno español hay fuerzas “supuestamente democráticas que en algún momento habíaCn apostado por la resolución del conflicto por una vía democrática y no impositiva y represiva»».
Se refieren a Podemos, pero puestos a escarbar en el cementerio de las propuestas propagandísticas ya amortizadas, también podrían remitirse a cuando el PSOE aceptaba el derecho de autodeterminación de las nacionalidades.
Parece increíble que estén hablando del «derecho de autodeterminación» como «la única manera de resolver el conflicto político entre Cataluña y España», y de un «referéndum unilateral de independencia “durante la actual legislatura del gobierno español, es decir, durante los próximos dos o tres años”». Suena a 2015.
Pero un referéndum no es la única solución que tienen en cartera, también está la «ruptura», democrática por supuesto: «Una posible secuencia de la ruptura democrática con el estado podría ser: acuerdo nacional, movilización, diálogo, fracaso o bloqueo del diálogo, movilización y desobediencia civil, ejercicio unilateral de la soberanía, institucionalidad alternativa, movilización y desobediencia civil, reanudación del diálogo o, de lo contrario, referéndum unilateral u otra fórmula plebiscitaria que valide democráticamente el ejercicio de la autodeterminación.» ¿Hay gente que dedica su jornada laboral a elaborar cuentos de la lechera de este tipo?
Yendo a lo posible y a lo concreto, es decir a las elecciones catalanas de inminente convocatoria, la CUP aspira a que en sus listas la proporción de hombres y mujeres esté en el 50% y a que los cabezas de lista en las cuatro circunscripciones sean mujeres, o como mínimo en dos de ellas. Se trata de «concentrar el mayor número posible de mujeres en el futuro grupo parlamentario».
Además, «el secretariado pide a los militantes pensar en la manera de incorporar a la candidatura la perspectiva “con voz propia” de “migrantes y personas racializadas”, haciendo que vayan en “lugares destacables” en las listas de cada circunscripción». ¿Cómo es que los llamados «antirracistas» son los que no paran de hablar de razas?