Entrevista en El Món a Antoni Fernández Teixidó, que sostiene que es una falacia decir que con la independencia resolveremos nuestros problemas.
Dejó CDC en 2016 y ahora encabeza Lliures, de ideología liberal, la primera de las formaciones que se desgajó de este partido debido a su deriva independentista. Hace pocos días estableció una alianza con los Convergents de Germà Gordó y la Lliga Democrática de Àstrid Barrio con vista a presentarse juntos a las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña. El próximo paso debería ser que se les unieran Units per Avançar, de Ramon Espadaler, el Partit Nacionalista de Catalunya, de Marta Pascal, y lo que quede del PDECat después de la creación del partido puigdemontista.
Fernández Teixidó habla de «un frente amplio de catalanistas, de moderados y de formaciones políticas que puedan ofrecer al pueblo de Cataluña la oportunidad de salir de este callejón sin salida en que la mayoría independentista les ha atrapado». El punto de partida es que «el país está paralizado por la acción del Gobierno» catalán y que «los problemas que la gente tiene no son la independencia».
Considera que la idea de la independencia «es sencillamente un artefacto que disimula la situación. Ni la independencia, ni la república, ni lo que usted quiera pueden resolver los problemas que tienen los catalanes». Y está decididamente en contra de los que «creen que la solución pasa por la separación, por el enfrentamiento y por, pase lo que pase, proclamar la república». «Hace falta buscar otras vías para que lo que es nuestro, el autogobierno y nuestras instituciones, no peligren.»
Se trata de superar la dicotomía creada entre independentistas y no independentistas, y volver a la política generadora de prosperidad. Para ver por dónde puede ir la alternativa que propugna, basta esta afirmación: «Nosotros nos oponemos a la confiscación fiscal que tenemos, [aplicada por] un gobierno de Cataluña, de ERC, de JxCat y el PDECat.»
Aboga por el retorno a la confrontación de programas entre izquierda y derecha, ahora «subsumida en el debate independentista», y rechaza la fantasía de que «cuando llegue la independencia los problemas quedarán resueltos» mágicamente. Fernández Teixidó confía en el sentido común de la gente, ansiosa de «respuestas comprensibles» y de «expectativas de futuro» que por ahora no tiene.
Añade que, en la gestión de la pandemia, «Torra ha sobreactuado. Lo sabe todo el mundo, incluso el mismo Torra. La sobreactuación es absolutamente la moneda de cada día».