Jordi Xargayó, director del Diari de Girona, aprovecha un comentario sobre «el descontrol del coronavirus en buena parte de Cataluña durante las últimas dos semanas» —França ha seguit les instruccions de Quim Torra— para hacer un resumen de la situación:
«Siguiendo la vieja regla de que la mejor defensa es un buen ataque, los gobernantes catalanes han recuperado la ofensiva independentista para desviar la atención de su incapacidad para gestionar la pandemia y la crisis económica (futilidades para ellos). Presencia constante de los políticos presos en los medios de comunicación públicos y concertados, entrevistas masaje de Vicent Sanchis a los líderes independentistas en TV3, mociones intrascendentes en el Parlamento pidiendo la abdicación del rey Felipe VI y para reprobar a Pedro Sánchez, Mariano Rajoy, Albert Rivera y el sursum corda, reaparición de Carles Puigdemont tras una larga ausencia durante el estado de alarma, petición del enésimo referéndum sobre la independencia de Cataluña, y Quim Torra anunciando que se estudiará la presentación de una denuncia contra Juan Carlos de Borbón.»
Se trata, concluye, de un «espectáculo pirotécnico, para mantener distraídos a los fieles». El problema es que los fieles lo contemplan embelesados, aún adictos a este simulacro de política.