El ex líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, que fue también vicepresidente del Govern y diputado en el Congreso, ha lamentado en un artículo de opinión publicado en Nació Digital que el cuerpo de Mossos no tenga entre sus dirigentes a «algunos antiguos miembros de organizaciones armadas independentistas». «Parece que fueron invitados a hacerlo», ha afirmado en el mismo artículo, «como ha sucedido en otros lugares».
Bajo el título Control del territori, Carod repasa la situación actual en la que se encuentran los distintos cuerpos de seguridad que operan en Cataluña, desde los Mossos hasta los bomberos. Y lo hace con el objetivo de instar al Govern a activar a los agentes que se reconozcan como independentistas para estar preparados para intervenir en caso de que vuelva a declararse la independencia. «Tener la razón y ser una noble causa democrática es insuficiente para la victoria», dice, «si no nos dotamos también de instrumentos para garantizar el éxito». Todo en un artículo en el que ex líder de ERC demuestra que, en su opinión, en estos cuerpos de seguridad solo deberían entrar independentistas.
Policías para controlar a los medios
Carod plantea en su artículo dos posibles escenarios. El primero se produciría tras un referéndum de independencia acordado con el Estado y que diera el sí a la separación. En este caso, los cuerpos y fuerzas de seguridad catalanes deberían servir para «garantizar el cumplimiento del acuerdo democrático«. Pero también para «asegurar el control del territorio» ante posibles «acciones de sabotaje, terrorismo, incidentes públicos provocados e intoxicación informativa«.
En el segundo escenario, el ex líder republicano presenta a un Gobierno central que no acepta la independencia a pesar de que las urnas hayan apostado por la ruptura. En este caso, Carod considera que el Govern debería echar mano de los cuerpos y fuerzas de seguridad afines, además de contar con «determinadas ramas sindicales de tradición más combativa, militantes de partidos políticos, miembros de organizaciones sociales, deportistas federados o expertos en determinadas especialidades, así como miembros activos de entidades socioculturales acostumbradas a las nociones de fuerza, equilibrio, valor y sentido común«.
Mossos constitucionalistas y provocadores
En su escrito, Carod critica, entre otras cosas, que «centenares» de los agentes de los Mossos procedan de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el «ejército español«. «Hasta el punto de que de los ocho intendentes del cuerpo», añade, «dos son guardias civiles, dos policías nacionales y los cuatro restantes proceden de diferentes policías locales».
El ex vicepresidente, que negoció con ETA el fin de los atentados en Cataluña a cambio de apoyo a su brazo político, acusa a algunos mossos de «trabajar directamente para el CNI«, de estar «vinculados a organizaciones políticas españolistas y otras que profesan una ideología ultrarreaccionaria y anticatalana«. De estos últimos llega a decir que «hacen ostentación simbólica» de su postura contraria al independentismo, «de manera provocadora con palabras y hechos».
Son, sin embargo, los mossos abiertamente independentistas los que interesan a Carod. Se refiere a ellos como «personalmente comprometidos con la causa legítima del pueblo catalán». Y asegura que el Govern debe tenerlos en cuenta «a efectos de inventario» para cuando los necesite en caso de declarar la independencia.
Agentes rurales armados
Lo mismo indica sobre los bomberos y los agentes rurales. «Unos 500», cuantifica, «también armados«. Sobre estos asegura muchos de ellos «se han distinguido por su compromiso militante en defensa del derecho del pueblo catalán a escoger su futuro en libertad». En lo que a los bomberos en concreto se refiere, Carod mete en el mismo saco a los de la Generalitat (unos 2.100), a los voluntarios (800), a los del Ayuntamiento de Barcelona, a los del Conselh Generau d’Aran y a los que trabajan en grandes industrias. Los define como «profesionales competentes», entrenados en situaciones «complejas y difíciles» y acostumbrados a la jerarquía.
No se olvida Carod en su recuento de fuerzas de seguridad de los más de 11.000 policías municipales con que cuenta Cataluña ni de los más de 1.500 miembros de Protección Civil. De los primeros destaca que están «armados», mientras que de los segundos subraya que tienen «parque móvil, uniformes y equipos de comunicación«.
El artículo concluye con el deseo de que en el Govern, además de pensar en «campañas electorales», haya quien también esté preparando la defensa de una utópica declaración de independencia: «Debe haber también quien se preocupa, con rigor, de cómo proceder, cuando toque, el día D a la hora H, sobre el control efectivo del territorio. Y de cómo hacerlo durar».