Los meses de parón por el confinamiento ha sido la excusa perfecta para que el gobierno municipal de Ada Colau decidiese transformar el espacio público y la movilidad de algunas calles de Barcelona. Unas medidas promovidas por decreto y sin consultar, que según el propio Ayuntamiento de Barcelona pretenden transformar el espacio público con el objetivo de conseguir una ciudad más saludable, más humana y de distancias cortas.
La medida propuesta por la alcaldesa Colau pasa por reducir el espacio al vehículo privado con actuaciones en movilidad que apuesten por modos más sostenibles, saludables y seguros como es el ir a pie, en transporte público o en bicicleta.
El Ayuntamiento de Barcelona aseguraba que ejecutaría un primer conjunto de actuaciones inmediatas y de urgencia en pleno desconfinamiento. Han sumado 30.000m² para peatones con pacificaciones, cierres al tráfico en laterales de avenidas y ampliaciones tácticas de aceras; 21 nuevos kilómetros de carriles bici; 17 actuaciones de mejora a los carriles Bus; itinerarios seguros a partir del corte de tráfico diario de 60 vías secundarias de la ciudad; aceras liberadas del estacionamiento de motos; y 347.100m2 de grandes avenidas y 376 hectáreas en Montjuïc libres del paso de vehículos a motor durante los fines de semana.
Una serie de medidas que no van acompañadas por una apuesta de mejora del transporte público como la finalización de la Línea 9 y 10 de metro, la implantación de los autobuses de alta capacidad como la D30 que debía recorrer toda la Diagonal y así ahorrarse la millonaria conexión del tranvía. Estas nuevas medidas en el espacio público se están aplicando de forma urgente y por decreto, sin contemplar las futuras consecuencias que supondrá para el tráfico rodado perder espacio en calles como Aragón, Consell de Cent, Valencia o Vía Laietana.
Entre todas estas medidas cabe destacar el entramado de carriles de colores en el cruce de las calles Consell de Cent con Rocafort, muchos usuarios han bautizado en redes sociales como: “calles parchís”, ya que el diseño recuerda al tablero de colores del famoso juego. Para muchos usuarios estas nuevas medidas están generando “confusión e indignación”, ya que se está dando más prioridad a “medidas ideológicas”.
Otra polémica es el nuevo carril peatonal de Vía Laietana, mucho usuarios no tienen claro si esa zona de la calzada pintada a topos amarillos es un nuevo carril para bicicletas y patinetes o realmente es la ampliación de las aceras destinado a los peatones.
Foment del Treball: “Barcelona fracasará”
Uno de los más críticos fue el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, que considera que con el plan de movilidad la alcaldesa Colau, esta actuando «con sectarismo y tics de autoritarismo», un hecho que puede provocar “la decadencia de la ciudad”.
“Fomento se retira del Pacto por Barcelona. La primera obligación de la alcaldesa es gobernar escuchando a los sectores que generan actividad y empleo en nuestra ciudad, y eso no lo está haciendo Ada Colau”.
La patronal catalana defiende que el plan que pretende implantar la alcaldesa obstaculiza el desarrollo económico de la ciudad. “Estas medidas impondrán cargas adicionales a los trabajadores por cuenta ajena y autónomos”. Sánchez Llibre asegura, “si el ayuntamiento opta por la imposición, fracasará y también fracasará Barcelona”.
Muchos transportistas ven como las zonas de carga y descarga han desaparecido en algunas calles, un hecho que provoca que en algunos casos las furgonetas o camiones ocupen la calzada para peatones o hasta los carriles bici, generando molestias a ciclista y usuarios de patinetes que ven su espacio de paso ocupado.
Para la Teniente de Alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz, las ‘superilles’ que habían sido criticadas hoy están consolidadas y considera que el debate sobre el nuevo modelo urbano de Barcelona está solventado. “Cambiar el modelo urbano es una necesidad para salvar vidas, para hacer una ciudad más habitable, con más vida de barrio”.
Bancos de hormigón un serio peligro para motoristas
Uno de los elementos que más controversia y criticas ha generado los últimos días son los bancos de hormigón instalados en las calzadas de varias calles de la ciudad como: Consell de Cent, Rocafort y Girona.
El grupo ‘Motoristas BCN’ considera que estos bancos de cemento son peligrosos en caso de caída y solicitan al consistorio que los retire de inmediato. La entidad no descarta emprender acciones legales para forzar al Ayuntamiento la eliminación de los bloques, hasta han iniciado una campaña para recoger firmas que promueven la retirada.
Las críticas también han llegado desde los grupos municipales de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona esta misma semana. Primero por parte del Partido Popular de Barcelona, su portavoz Óscar Ramírez presentó un ruego interno a la alcaldesa Colau, para exigir la eliminación de lo bancos por tratarse de un grave peligro para motoristas y peatones. “Un impacto contra estos bloques en caso de accidente puede ser mortal”.
“Con la seguridad no podemos jugar, ni perder el tiempo, parece mentira que los responsables del consistorio que han diseñado y avalado estos carriles peatonales, no sean conscientes del peligro que puede suponer estos bancos de cemento macizo instalados en plena calzada”, aseguraba Ramírez.
Por su parte, la líder de JuntsxCat en Barcelona, Elsa Artadi, también pidió en rueda de prensa la retirada de los bancos de hormigón en las nuevas zonas para peatones, «ponen en peligro la integridad física de motoristas y ciclistas”.
Artadi que no descartó emprender medidas legales en el caso de no retirarse los bloques, presentará un ruego en el pleno municipal de hoy viernes dirigido a Colau para exigir su retirada. “Son elementos que comprometen la seguridad de los usuarios de la vía, pueden provocar un riesgo y no cumplen las recomendaciones ergonómicas”.
Colau contraataca las críticas a sus bancos de hormigón
El partido de Ada Colau parece que no está por la labor de modificar el entramado de los nuevos espacios y retirar los bancos de cemento de la calzada, por lo que decide pasar al contraataque ante las críticas políticas de sus rivales.
“El Partido Popular y JuntsxCat tienen mucho en común. Como, por ejemplo, oponerse a que los vecinos y vecinas paseen con seguridad respirando un aire más limpio. Seguimos caminando hacia una Barcelona más verde y saludable”, aseguraban en sus redes sociales.
Está claro que cuando la esperada normalidad llegue, sea al final del verano o cuando pase la pandemia por el Covid19, Barcelona tendrá encima de la mesa una nueva polémica con la movilidad de la ciudad, que sumada a la activación de las sanciones por las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y la reducción de espacios para el vehículo privado pueden marcar el mandato de la alcaldesa Colau.
