Hubo una vez un «tsunami democràtic», del que nunca más se supo; pero como la palabra ha gustado, ahora Pere Martí denuncia que la justicia española desencadena un tsunami represivo.
Coinciden estos días tres juicios: En el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se juzga a los miembros de la mesa del Parlamento que, en 2017, desobedecieron al Tribunal Constitucional al permitir la tramitación de la ley del referéndum y de la ley llamada de transitoriedad nacional. En la Audiencia Nacional, a miembros de los CDR por ciertos delitos cometidos. Y en Tribunal Supremo, a Carme Borràs, por fraccionamiento de contratos.
El veredicto de Pere Martí es el de siempre: «La justicia española actúa (…) con un criterio político que tiene como objetivo la venganza». Y está al tanto de todos los detalles: «Los CDR son sospechosos de terrorismo cuando en Cataluña no hay violencia y a Laura Borràs le piden una pena absolutamente desmesurada [quince años de cárcel] basándose en un informe de la Guardia Civil lleno de falsedades.»
Su conclusión es la misma que dijo Torra y repiten todos sus seguidores: «El independentismo ya ha aprendido que no tendrá nunca un juicio justo mientras la justicia española continúe con el grado de politización actual.» Peor todavía: «El poder judicial ha asumido el papel de dinamitar cualquier solución dialogada.»