Nadie hace mucho caso de las ocurrencias del presidente Torra, que ahora, en sede parlamentaria, se ha sacado de la manga la convocatoria de otro referéndum. Debe ser su manera de reconocer que lo del 1 de octubre de 2017 no fue un referéndum, o que si lo fue, no sirvió para nada. El problema es que se han pasado tres años hablando del «mandato del 1-O», como si entonces se hubiera ejercido el derecho a la autodeterminación, hubiera triunfado el sí a la independencia y sólo hiciera falta desplegar la «estructuras de Estado» que debían estar a punto para esa fecha. Y ahora incluso sus más encendidos defensores no tendrán más remedio que reconocer que ni referéndum ni mandato ni nada.
Además, dice Torra, será «un referéndum que nos podría unir a todos». Viendo las cotas de unidad y solidaridad catalanas conseguidas con los dos intentos anteriores —la consulta del 2014 y esto del 2017—, sería mejor olvidarlo. Pero el animal independentista es capaz de tropezar tres veces en la misma hoja de ruta y levantarse del suelo cada vez diciendo que ha ganado.
Ni en Vilaweb le dan importancia a eso que él llama un salto colectivo: «Torra ya propuso a la cámara la celebración de un referéndum esta legislatura, como respuesta a la sentencia del Supremo por el 1-O. Pero dos meses después, en enero, dio por terminada la legislatura por las discrepancias con ERC en el gobierno.»
En La Vanguardia, le reprochan que acabe su mandato ahondando en la división entre socios y ponen de relieve las contradicciones en que cae contínuamente: «El martes pide “no despistarse” en asuntos que no sean la lucha contra la crisis del coronavirus, cuando se le pregunta por las elecciones. La mesa de negociación entre gobiernos ni aparece. Pero introduce elementos nuevos a conveniencia: el domingo envía un comunicado en el que informa de que ha pedido a su defensa que estudie la posibilidad de interponer una querella contra la Casa Real por los presuntos casos de corrupción que protagoniza el rey emérito, o ayer vuelve a hablar de un nuevo referéndum y lamenta los procesos judiciales abiertos contra independentistas.»