En pleno proceso de reestructuración del catalanismo de centro, soberanista o no, la Lliga, Lliures y Convergents han dado un paso al frente este jueves. En un comunicado conjunto, las tres formaciones han anunciado la creación de una comisión que sentará las bases del futuro programa electoral con el que concurrirán las tres formaciones a las elecciones autonómicas. Este documento se basará en los puntos que tienen en común los tres partidos: la defensa de las libertades individuales y colectivas; la seguridad y la propiedad privada; el respeto por el ordenamiento jurídico; el fortalecimiento de la familia y el respaldo a empresas y autónomos «en el marco de una economía de mercado y de una sociedad del bienestar».
En la misma nota, los tres partidos han hecho un llamamiento «al resto de fuerzas moderadas» que tengan los mismos objetivo para unirse a un proyecto que han definido como «necesario». Un proyecto que, además, «quiere ser el máximo de inclusivo e integrador«.
Además, han dado a conocer un decálogo en el que se desarrollan estas ideas programáticas. Destaca entre estos puntos el relativo a la petición de «un marco competencial fiscal similar al Concierto Vasco o al Convenio Navarro, con una cuota de solidaridad».
Units per Avançar, PNC y PDeCAT
El llamamiento va dirigido a Units per Avançar, PNC y, si finalmente rompe con Carles Puigdemont, al PDeCAT de David Bonvehí,. De momento, el PNC está a la espera de ver si se consuma la ruptura entre PDeCAT y JxCat y no se ha manifestado expresamente sobre la posibilidad o no de confluir con los firmantes del documento. Units per Avançar, por su parte, ha lanzado la candidatura de Albert Batlle a la Presidencia de la Generalitat, permanece también a la expectativa y aspira a ser el nexo de unión entre los firmantes de este acuerdo y el PNC.
Así pues, la confluencia de estas fuerzas catalanistas, aunque reivindicada por todos, continua siendo una incógnita. Quién encabezaría la lista conjunta y la composición de las listas es, sin duda, un obstáculo especialmente complejo al tratarse todas ellas de formaciones que no han contrastado su fuerza electoral. La principal diferencia ideológica, el soberanismo, no ha sido un obstáculo para que Convergents firmara el documento. Y no debería serlo para que se incorporen las fuerzas que todavía no lo han hecho, atendiendo que se trata de un programa electoral para cuatro años y no de una fusión entre las distintas formaciones.