«La primera obligación de la alcaldesa es gobernar, escuchando a los sectores que generan actividad y ocupación en nuestra ciudad. Y eso no lo está haciendo Ada Colau«. Así justifica Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, su decisión de abandonar el Pacte de Barcelona, documento impulsado por el Ayuntamiento de la ciudad. Para Sánchez Llibre es «contradictorio» brindar apoyo a un documento que «solo son palabras» y no refleja la realidad: falta de diálogo y compromiso por parte de Colau con aquellos que trabajan por y para la ciudad, creando dinamismo y empleo.
Movilidad sostenible, sin que ahogue a la economía barcelonesa
No es la primera vez que Sánchez Llibre carga contra Colau y las políticas implementadas por la alcaldesa y su equipo municipal. Una vez más, el Pla de Mobilitat vuelve a ser objeto de preocupación para la Patronal, argumentando que perjudica a numerosos sectores de actividad, como el comercio, el turismo, el transporte, la restauración y la logística del centro de la ciudad.
Los cortes de tráfico, la ampliación de las aceras como ya sucede en Via Laietana, así como el veto de los Comuns al vehículo privado amenazan con asfixiar el comercio del centro de Barcelona. Se pueden perder hasta 50.000 empleos
Precisamente, el pasado 8 de julio, Foment organizó un encuentro, en el que participaron 40 organizaciones económicas barcelonesas, que representaban a más del 80% de la actividad de la ciudad, donde se debatieron y criticaron las políticas de movilidad del Ayuntamiento. Durante el encuentro ya salió a colación el poco interés de Colau y su gente por abrir una mesa de diálogo con el tejido productivo de la ciudad.
Durante el acto, Sánchez Llibre acusó a Colau de actuar «con nocturnidad, alevosía y unilateralidad» en asuntos clave donde se debería priorizar «el debate y el consenso». Los cortes de tráfico, la ampliación de las aceras como ya sucede en Via Laietana -principal campo de batalla entre Ayuntamiento y empresarios-, así como el veto de los Comuns al vehículo privado amenazan con asfixiar el comercio del centro de Barcelona. Foment dio cifras: se pueden perder hasta 50.000 puestos de trabajo. Ásí pues, los empresarios insistieron en que no están en contra de una movilidad sostenible, pero tampoco es el momento de poner trabas al coche como lo hacen Colau y su equipo.