Tras la pandemia, este país tiene que emprender una larga lucha por la recuperación de la economía y el empleo, y al mismo tiempo tiene que emprender una larga lucha contra el déficit. Este año 2020 terminaremos con un déficit del 10% sobre PIB (es una previsión muy optimista). Y en 3-4 años este porcentaje debe ser reducido a niveles cercanos a cero. La lucha contra el déficit debe ser compatible con el crecimiento económico. Y esto sólo puede conseguirse si el Gobierno se propone dos objetivos principales:
1. Para recuperar la economía y el empleo: el objetivo del Gobierno debe ser la creación del clima de estabilidad, confianza y seguridad que los empresarios necesitan para crear empleo, y los prestamistas necesitan para seguir prestándonos las ingentes cantidades de dinero que necesitamos.
2. Para reducir el déficit: el objetivo del Gobierno debe ser aprobar un Plan Presupuestario a 3-4 años contemplando reducciones de gastos públicos y aumentos de impuestos.
Los dos acuerdos básicos
Para que estos objetivos principales puedan alcanzarse es indispensable concertar dos Acuerdos básicos:
a) Un Acuerdo Presupuestario a 3-4 años entre el Gobierno y el Partido Popular en el que concierten la senda de reducción del déficit a través de la reducción de gastos públicos y el aumento de impuestos. Esto es muy duro y por eso debe contar con una amplia mayoría política. En otro caso no va a funcionar. Apelamos a la responsabilidad de Pedro Sánchez y Pablo Casado para que este Acuerdo sea una realidad.
Apelamos a la responsabilidad de Pedro Sánchez y Pablo Casado para que este acuerdo sea una realidad.
Jesús Santidrián
b) Un Acuerdo Económico-Social a 3-4 años entre el Gobierno, Sindicatos y Empresarios en el que concierten las relaciones laborales y los sectores y empresas sobre las que pivotará la recuperación económica y la creación de empleo. Ese acuerdo será aprobado en el Congreso con los votos del Gobierno y del Partido Popular.
Dos objetivos adicionales
Actuando así conseguiremos dos objetivos adicionales fundamentales:
1. Que nuestros prestamistas sigan confiando en nosotros para seguir prestándonos a bajo tipo de interés; y
2. Que la UE no sea cicatera con España a la hora de distribuir el Fondo de Recuperación Europeo (750.000 millones). Se dice que podemos recibir 77.000 millones en subvenciones y 63.000 en préstamos, pero ya veremos cómo queda al final. Este viernes han empezado a discutirlo. En todo caso, este Fondo va a tener mucha letra pequeña y mucha condicionalidad, vinculada a reformas estructurales y reducción del déficit. Hagamos bien los deberes.
Este fondo va a tener mucha letra pequeña y mucha condicionalidad, vinculada a reformas estructurales y reducción del déficit. Hagamos bien los deberes.
Jesús Santidrián
En un artículo anterior hemos comentado algunos temas en los que podría contemplarse una reducción de los gastos públicos. Ahora vamos a tratar del aumento de los impuestos.
¿HABRA QUE SUBIR LOS IMPUESTOS?
Salvo que la recuperación sea espectacular, nos tememos que no va a haber otro remedio. Terminaremos el 2020 con un déficit de caballo del 10% (por lo menos) y la reducción de ese déficit en 3-4 años va a ser el punto de mira de la UE y de nuestros prestamistas. Esto requiere reducir gastos y aumentar impuestos.
¿Qué impuestos no hay que subir?
Ante la lamentable situación del tejido productivo español, a causa de la pandemia, es un error subir los impuestos a las empresas. Hoy por hoy, tenemos que olvidarnos de esto.
También hay que olvidarse de la Tasa Tobin y de la Tasa Google. Estos impuestos, aparte de proporcionar una recaudación irrisoria (1.600 millones entre los dos), sólo crearán problemas. No estamos para trastocar el funcionamiento de la Bolsa ni para enfrentarnos a los Estados Unidos.
En el IRPF no hay margen para generar aumentos de recaudación relevantes. Las anunciadas subidas de tipos para las bases más altas, en la base general y en la base del ahorro, proporcionan unas cifras ridículas.
El Impuesto sobre las Grandes Fortunas no puede ser considerado. Incluso el Impuesto sobre el Patrimonio en su configuración actual debe desaparecer. La imposición sobre el patrimonio consagra la doble imposición y desincentiva el ahorro. Por eso no existe en casi ningún país.
La brecha fiscal España – Unión Europea
Es un tópico, cercano al mantra, que el sistema fiscal español (impuestos + cotizaciones SS) recauda bastante menos que la media de la UE, en porcentaje del PIB. Los más exagerados hablan de 6 puntos de diferencia (unos 72.000 millones de euros), otros hablan de 2 puntos (25.000 millones). La verdad es que hay que tener cuidado con la fuente informativa porque hay demasiado sesgo ideológico suelto.
El Banco de España, que es una institución fiable, ha dicho que existe efectivamente una brecha fiscal. Pero que esa brecha fiscal no trae su causa en las cotizaciones sociales (que en España son muy altas). Tampoco la trae en el IRPF ni en el Impuesto sobre Sociedades, cuyos tipos de gravamen son homologables a la UE. Para el Banco de España, la causa fundamental de la brecha está en la menor recaudación española por IVA y por Impuestos Especiales. A nuestro juicio, éstos son los impuestos que podrían subir.
EL IVA
En 2019 el IVA recaudó 71.500 millones. El tipo general es el 21%. Pero hay un tipo reducido del 10% y un tipo super-reducido del 4%. Estos dos tipos suponen la mitad de la recaudación.
Hay dos vías de posible subida:
a) subir el tipo general al 23% (varios países europeos están en este nivel o lo superan).
b) sacar productos del tipo reducido o super-reducido para hacerlos tributar a un tipo superior.
La implementación de ambas vías podría arrojar un aumento de recaudación de 6.000 millones. (Asumiendo que se mantiene el nivel de consumo).
LOS IMPUESTOS ESPECIALES (IIEE)
El total recaudado por IIEE en 2019 fue 21.000 millones de euros. De ellos, 12.358 millones procedían de la gasolina y el gasóleo, y 6.508 del tabaco.
Lo primero que debe hacerse es equiparar la fiscalidad del gasóleo tipo A (de uso general, no bonificado) que tributa a 43 céntimos por litro, con la fiscalidad de la gasolina, que tributa a 52 céntimos. Esta discriminación a favor del gasóleo no tiene ninguna justificación medioambiental. Todo lo contrario. Ello proporciona 2.089 millones más.
A continuación, podría subirse el litro de gasolina y de gasóleo tipo A en 20 céntimos por litro. Ello proporciona 5.820 millones más.
Subir 20 céntimos el litro supone acercar la fiscalidad española sobre hidrocarburos a la media europea.
Respecto al tabaco: Subiendo el impuesto en 2 euros por cajetilla se obtiene una recaudación adicional de 3.528 millones de euros. También esto supone acercarse a la media europea.
Con lo que hemos comentado hasta aquí tenemos una recaudación adicional por IIEE = 2.089 + 5.820 + 3.528 = 11.437 millones. (Asumiendo que se mantiene el nivel de consumo).
Junto con el IVA podemos estar hablando de 17.437 millones.
¿CUANDO PODRIAN SUBIR ESTOS IMPUESTOS?
En todo caso, hay que advertir que ni el IVA ni los IIEE pueden subir ahora. La prioridad absoluta en estos momentos es controlar la pandemia y conseguir la recuperación de la economía y el empleo. Esperamos que en pocos meses se encuentre una vacuna (o un remedio terapéutico). Sólo entonces empezará la recuperación de verdad y sólo entonces podrá pensarse en subir estos impuestos. Pongamos 1 de julio de 2021.