Crísis turística: «es imposible activar el turismo mandando a la gente al pueblo»

La  crisis sanitaria causada por el COVID-19 ha supuesto una devastadora sacudida social y económica a nivel mundial. En España, uno de los sectores más afectados es, sin lugar a dudas, el turismo. Esta industria, ha pasado de ser el pulmón económico del país (con una contribución al PIB del 12,5 %), a convertirse en un sector en ruinas.

Nadie podría imaginar que la naviera Pullmantur, tras cerrar el 2019 como su mejor ejercicio en 15 años, con un 5% de incremento en los ingresos, acabaría presentando, este mes de junio, concurso de acreedores. Tampoco, que 10 importantes aerolíneas como Avianca, Air Mauritius, South African Airwais, Latam Thai, Tame, Flyest o las filiales de la empresa Norwegian entrarían en bancarrota, o que Lufthansa y Alitalia estén haciendo malabares para mantenerse a flote.

Los efectos colaterales de la crisis turística dañan gravemente a otras actividades económicas, como la del comercio. Según Hosteltur, el sector del crucero genera en España 4.500 millones de euros anuales y 33.000 puestos de trabajo.

Las restricciones de viajes, la falta de conectividad aérea, la ausencia de una legislación homogénea en puertos y el desconcierto sobre la evolución de la pandemia han provocado, según MedCruise, la Asociación de Puertos de Crucero del Mediterráneo, que, al menos, siete navieras hayan decidido mantener sus operaciones suspendidas hasta finales de septiembre-noviembre, y otras no vuelvan hasta el 2021.

Juanma y Silvia son los propietarios de Fun Travel, una agencia de viajes situada en Cornellá de Llobregat, que abrió sus puertas en el año 2007. La pareja explica que el cese de operaciones de las navieras es una muy mala noticia para los comercios de algunas ciudades. En Barcelona, el parón del crucero va a hacer mucho daño a los comercios, como el Mercado de la Boquería, donde muchas paradas obtienen el grueso de sus ingresos a través de los turistas que llegan por mar».

Si el gigante cae… ¿qué será de las agencias?

El matrimonio lleva siete años en continua formación y dedicándose en en cuerpo y alma a su agencia, que ya ha movido a miles de viajeros por todo el mundo. Gracias a tanto esfuerzo, cuentan orgullosos, muchos clientes, de distintos puntos de la geografía catalana, se desplazan hasta su local por la dedicación y seguridad con que «dicen» ser atendidos. «Saben que, tanto nosotros como Alba, nuestra única empleada en estos momentos, cuidaremos hasta el menor de los detalles«.

Durante estos años, la pareja ha ido afianzando su negocio, que hoy en día cuenta con una buena cartera de clientes, a los que Juanma y Silvia les gusta atender de forma muy cercana. Tanto es así, que en algunas ocasiones han organizado viajes a los que ellos mismos se han sumado. «Una vez montamos un viaje a Cerdeña para 42 personas y lo pasamos genial».

Pero la pandemia llegó, y además de arrasar miles de vidas, está decidida a bajar tantas persianas como sea posible. «Estoy convencido de que todas las agencias que lleven menos de 3 años funcionando acabarán desapareciendo«, augura Juanma. Su experiencia en este mundo le lleva a temerse lo peor. «Tanto las agencias como el sector hotelero o el alquiler de coches son los grandes afectados dentro de la industria, porque no solo hemos dejado de obtener ingresos durante los tres meses de cierre obligado, sino que, además, hemos perdido todos beneficios obtenidos desde diciembre hasta marzo».

Ahora mismo Fun Travel está facturando un 10% de lo que ha venido facturando otros años en estas fechas. Es dramático, pero aún así, nos sentimos privilegiados porque algo vamos vendiendo. En parte, gracias a las campañas que lanzamos a través de nuestras cuentas de Facebook e Instagram«.

Ante una situación como esta, dicen, lo importante es no tirar la toalla y estar preparados para hacer frente a cualquier problemática que pueda surgir.

Las agencias de viaje: el último eslabón para el gobierno

Según un informe de Amadeus España y ACAVE, en España hay 4.500 agencias de viajes (centrales) que suman un total de 9.500 puntos de venta. Estos negocios son, explica Silvia, los encargados de asesorar a los viajeros, organizar sus vacaciones y resolver los incidentes que puedan sufrir, ya sea en España o en el extranjero.

«Nosotros no vendemos un viaje y si te he visto no me acuerdo, sino que tenemos un teléfono encendido las 24 horas del día donde nuestros clientes nos van a encontrar si sufren cualquier emergencia». Finalmente, remarca, somos quienes damos la cara cuando las cosas no van bien.

Excluidas del rescate

Cada agencia está obligada a tener un seguro de caución o aval para poder responder hacer frente a todas las devoluciones en caso de quiebra. «Esto es lógico, ya que no sería la primera vez que una agencia se va al traste y deja colgados a todos sus clientes, que nunca más recuperan sus ahorros. Nosotros estamos tranquilos en este sentido, porque tenemos un amplio aval para que, en un supuesto caso de quiebra, nadie pierda su dinero«, afirma Juanma.

Sin embargo, «que se nos obligue a asumir, de forma subsidiaria (al 50%), cuando es una aerolínea o proveedor de servicios quien va a la bancarrota, es muy injusto. «No puede ser que nosotros, que somos intermediarios y comisionistas, debamos hacer frente a las obligaciones de un proveedor que es quien no está dando un servicio por el que ya ha cobrado».

«El gobierno no ha hecho nada por aliviar nuestra situación. Ni siquiera se nos incluyó a la hora de pedir el rescate a la UE para salvar al turismo«. Silvia y Juanma lamentan la falta de sensibilidad que las instituciones han mostrado con las agencias de viajes. «Somos parte del sector al igual que las aerolíneas, por las que sí han luchado hasta conseguir que la Unión Europea flexibilice las normas comunitarias que garantizan los derechos de los pasajeros aéreos«. Por supuesto, celebramos este logro, ya que el hundimiento de las aerolíneas sería un desastre para el turismo en general. Sin embargo, en esta industria todos estamos sufriendo grandes pérdidas y, por desgracia, una agencia no tiene el músculo financiero suficiente como para afrontar según qué situaciones «.

Con la vista puesta en «la nueva normalidad»

Los clientes ya se van atreviendo a viajar. El miedo sigue ahí, pero el deseo de volver a una cierta normalidad, hace que muchas personas se animen a hacer la maleta. La mayoría apuesta por los desplazamientos nacionales, aunque también se está empezando a activar el turismo internacional». Es una buena noticia, celebra Silvia.

Una información mal dada puede ser peligrosa

Sin embargo, todo el terreno ganado se puede ir a pique por culpa de una noticia mal dada. La inmediatez con que se produce y consume la información a veces es peligrosa, dice Silvia. «Recuerdo el mal trago que pasamos el día que los medios anunciaron la cancelación de viajes del Imserso. No teníamos ni idea. Ni nosotros, ni ninguno de los hoteles afectados por las «supuestas cancelaciones». Resulta bochornoso enterarte por tus propios clientes de algo que a nosotros no se nos comunicó, de forma oficial, hasta cuatro días después».

«La labor informativa es fundamental, pero hay que hacer las cosas bien. Hay que contar la verdad, por más dura que sea», con eso estamos de acuerdo. Lo que no se debe hacer es fomentar el miedo social. No es inseguro viajar, no a todos los destinos.

Si no se habla también de los muchos lugares a los que se puede ir con total tranquilidad, la gente acabará no no atreviéndose a viajar. Por supuesto, aún menos, a destinos internacionales, aseguran. «Entre esto, y este gobierno, que pretende activar el turismo mandando a la gente al pueblo», se ríe Silvia, «pocos se atreverán a cruzar las fronteras».

«¿Tú te crees que se puede insinuar a la gente que existe riesgo de contagio dentro un avión, que está ionizado? «. Pues esto ha sucedido, recuerda Silvia. Un viajero canadiense contagiado de COVID pasó varias horas de vuelo en un avión cargado de pasajeros. «Pues bueno, el caso tuvo muchísimo protagonismo en los medios de comunicación, algo que puede haber contribuido a que muchas personas piensen que volar es peligroso. Sin embargo, este hombre desembarcó y, salvo él, no hubo ni un solo positivo en todo el pasaje. Esto ya no es tan atractivo como noticia«, lamenta.

Desde luego que hay sitios a donde no se puede o no se debe viajar, asienten. Ya sea por seguridad, o por el cierre de fronteras. Pero hay destinos absolutamente seguros, donde el riesgo de contagio es ínfimo.

En Fun Travel, se están trabajando mucho en estos momentos los viajes a Islandia, Madeira o las Islas Baleares, que son «aseguran Silvia y Juanma», unos destinos cuya situación sanitaria es absolutamente favorable. «Bastan un par de clicks en internet para conocer la cómo está la cosa en cada ciudad o país, comentan. Si se fijan en la foto, verán que en Islandia han fallecido por Covid 10 personas, mientras en Cataluña han perdido la vida 5.673.

«Es seguro viajar, por supuesto que sí, siempre y cuando las cosas se hagan bien. Nosotros consultamos a diario la evolución de la pandemia en cada uno de los lugares a donde van nuestros clientes. El procedimiento es tan sencillo, como poner el nombre del destino, seguido de la palabra COVID. Al segundo obtenemos información actualizada con el número de afectados y fallecidos por Coronavirus.

Juanma y Silvia no quieren aventurarse a decir cuánto creen que durará este bache. «Hay quienes aseguran que tardaremos un par de años en volver a la normalidad, otros, más pesimistas, dicen que como mínimo tres, pero nosotros preferimos no pensar en eso». El objetivo de Juanma y Silvia es sacar adelante el presente, que no es otro que seguir levantando la persiana de su agencia cada día, con la esperanza de subsistir y la tranquilidad de haber hecho las cosas bien, en un momento tan crítico, por tal de atender a sus clientes de la mejor forma posible.