El temor a perder el trabajo y permanecer aislado, durante un mínimo de 15 días, atenaza a los temporeros que participan en la campaña de recogida de la fruta en Lleida. El pasado mes de mayo surgía la polémica: cerca de 200 temporeros dormían en las calles de la ciudad leridana, sin alojamiento, agua, comida o medidas higiénico sanitarias, tal y como denunciaron en su momento algunos de ellos acompañados de miembros de la plataforma Fruita amb Justícia Social.
El Consistorio y el Departament de Salud colocaron una carpa con profesionales de la unidad de intervención y apoyo de los servicios especializados del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), donde se llevarían a cabo un centenar de PCR el pasado 19 de mayo por la tarde. Sin embargo, de los 100 tests anunciados, únicamente se hicieron 40, debido al “revuelo mediático” organizado para acallar la polémica.
Finalizado el estado de alarma y con algunos rebrotes en el horizonte, los temporeros vuelven a ser noticia:: el departament de Salut ha hecho público el aislamiento de 42 personas, la mayoría temporeros, en el Hotel Rambla (Lleida). Siete de los trabajadores aislados han dado positivo en Covid-19. Asimismo, se han notificado 24 contagios entre temporeros dentro de la granja escuela La Manreana de Juneda (Lleida), dos de ellos confinados en el albergue de Seròs. Tras haber dormido al raso durante semanas, ahora palidecen al pensar que se pueden quedar sin trabajo y no aportar ningún sustento a sus familias.
«¿Y qué esperaban?», acusan desde la Plataforma
“Los temporeros llevaban varios días durmiendo en las calles, sin derecho a techo, medidas de seguridad o condiciones sanitarias. Todo eso en plena pandemia. ¿Qué esperaban? Era lógico que pasara algo así”, critica Llibert Rexachs, de la Plataforma Fruita amb Justícia Social, en relación al rebrote. “También quiero insistir -subraya- en que los temporeros contagiados de Covid-19, obligados a hacer cuarentena, no tendrían acceso a ninguna prestación social. Por lo tanto, todos quieren trabajar. Es una mera cuestión de supervivencia”. La cuestión es muy simple, según Rexachs: “Si no trabajan, no cobran. Ni siquiera la baja médica”. Los temporeros, tengan contrato o no, pueden acabar en la calle de un día para otro, según el representante de esta plataforma.
«Los temporeros contagiados de Covid-19, obligados a hacer cuarentena, no tendrían acceso a ninguna prestación social. Por lo tanto, todos quieren trabajar. Es una mera cuestión de supervivencia»
Llibert Rexachs, Plataforma Fruita amb Justícia Social
Aun así, su situación ha mejorado en las últimas semanas. Desde la Plataforma aseguran que ninguno de estos temporeros pasa las noches al aire libre. Se suelen alojar en los pabellones 3 y 4 del recinto ferial de Lleida, y en varios hoteles pagados por el exjugador barcelonista Keita.
Rexachs cree que las penurias experimentadas por los temporeros han abonado el terreno para que aumente el número de infectados por Covid-19. Opina que las malas condiciones laborales en los campos también pueden haber repercutido en este rebrote (carencia de mascarillas, geles hidroalcohólicos, pantallas con visera frontal y guantes, por ejemplo). “Una cosa está clara: seguramente esconden síntomas del virus por miedo a perder el trabajo”, lamenta.