Durante la rueda de prensa que puso “punto y final” al estado de alarma, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, hizo referencia a la creación de una reserva estratégica de material por parte del Estado ante el virus. Reserva que se debería complementar con las diferentes comunidades autónomas. El jefe del Ejecutivo no concretó en qué va a consistir esa reserva estratégica pero sí invitó a “no bajar la guardia”. «Cualquier persona puede ser muro o vía de transmisión», en opinión del presidente del Gobierno, tal y como recogió Europa Press.
El hecho de contar con una industria propia que fabrique mascarillas, EPIs y geles hidroalcohólicos supone un salto de gigante en el modelo productivo de nuestro país. También representa una garantía que permitirá proteger a los ciudadanos en caso de rebrote del Covid-19. Atrás queda la carestía de guantes, mascarillas y geles en las farmacias antes y durante el confinamiento. O las polémicas compras de mascarillas fraudulentas a empresas chinas por parte del Gobierno en pleno estado de alarma. El tejido empresarial se ha puesto manos a la obra, reorientando su producción y creando consorcios que han logrado abastecer de material sanitario a la ciudadanía.
Futuros exportadores, capaces de generar un «efecto llamada»
Unos días antes, la ministra de Industria Comercio y Turismo, Reyes Maroto, daba las gracias a las empresas, especialmente a las pymes, por su contribución a la hora de generar una reserva estratégica de equipos de protección individual y de material sanitario que aportará tranquilidad en un momento en el que el Covid-19 “seguirá conviviendo con nosotros”. “Buscamos la relocalización -añadía Maroto- y reaprovisionamiento de la empresa española. En un plazo de tres semanas, Hersill pasará de producir 12 a 100 respiradores mensuales. También vamos a contar con 100 millones de mascarillas mensuales a finales de junio, fabricadas íntegramente en España”. Hersill es una pyme de Móstoles (Madrid), con menos de 60 trabajadores, que produce material sanitario desde hace tres décadas. En colaboración con Mechanical & Engineering, Hersill fabricará hasta 5.000 unidades del modelo de respirador portátil Vitae 40 para el ministerio de Sanidad en ocho semanas.
Maroto también añadía: “Disponemos de muchas cadenas de valor en cuanto a la fabricación de mascarillas en un gran número de zonas del país, y además con un efecto llamada. En estos momentos, estamos tutelando 15 proyectos de inversión en EPIs y material sanitario. El desarrollo de esta reserva estratégica podría hacer que podamos convertirnos en exportadores muy pronto”.
“En estos momentos, estamos tutelando 15 proyectos de inversión en EPIs y material sanitario. El desarrollo de esta reserva estratégica podría hacer que podamos convertirnos en exportadores muy pronto”
Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo.
Además, España se halla en la carrera por la fabricación de la vacuna, aunque el círculo virtuoso se cerraría si la desarrolla nuestra propia industria farmacéutica. En este sentido, se intenta «sumar» con otros países europeos, creando un consorcio que permita la producción de la vacuna por parte del sector farma español, según la ministra.
Casi un millar de empresas catalanas implicadas
En Cataluña, más de 900 sociedades catalanas no han dudado en reorientar sus líneas de producción hacia la fabricación de material necesario para plantar cara al Covid-19 como respiradores, mascarillas, batas, geles desinfectantes, entre otros, tal y como aseguró la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, en pleno confinamiento.
Entre las iniciativas más sonadas destaca la de Jalotex, fabricante de mascarillas higiénicas y quirúrgicas. O SEAT que llegó a fabricar 100 respiradores diarios a partir de componentes del automóvil en su planta de Martorell. O la conocida Antonio Puig que empezó a producir soluciones hidroalcohólicas en sus instalaciones de Vacarisses (Barcelona). O la alianza entre el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), Leitat, el Consorci Sanitari de Terrassa y el hospital Parc Taulí de Sabadell que dio pie al primer respirador de campaña desarrollado con impresión 3D industrializable y escalable bautizado como Leitat y del que se llegaron a producir de 50 a 100 unidades diarias.