La pandemia está provocando una catástrofe en nuestras cuentas públicas. Las medidas tomadas por el Gobierno han sido necesarias para evitar el naufragio. Para eso sirve el enorme dineral que estamos gastando en los ERTEs (3,4 millones de trabajadores), en los Autónomos sin actividad (1,3 millones), en los nuevos parados (700.000 que se añaden a los 3,2 millones de antes de la pandemia). Y falta el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Y los avales. Serán unos 50 ó 60.000 millones de mayor gasto para el año 2020.
A ello se une la caída de las cotizaciones sociales y de los impuestos. Serán otros 50 ó 60.000 millones de menos ingresos para el año 2020.
En consecuencia, el déficit se va a disparar desde el 2,8% de 2019 al 10% de 2020. Y la deuda pública va a aumentar en unos 115.000 millones. El Tesoro ha puesto a tope la máquina de pedir dinero a los mercados. Y nos están prestando sin problemas y a bajo tipo de interés (gracias a los programas de compra de deuda del BCE: 750.000+600.000 millones). Este viernes el bono español a 10 años pagaba sólo un 0,49%. Además, la UE nos quiere prestar en magníficas condiciones 25.000 millones del MEDE para el gasto sanitario y 15.000 millones del SURE para los ERTEs (por favor, aceptémoslo).
El Tesoro ha puesto a tope la máquina de pedir dinero a los mercados. Y nos están prestando sin problemas y a bajo tipo de interés.
Jesús Santidrián
Ese enorme dineral (que habrá que devolver) está permitiendo que los afectados por la pandemia (empresas, empleados, autónomos, parados, IMV) sobrevivan. Pero nada más. Y, obviamente, los ERTEs y la Prestación a Autónomos no pueden durar mucho más allá de septiembre. Empresas y Autónomos tendrán que volver a trabajar sin ayudas. Y ahí se verá quién puede continuar y quién no. Habrá empresas inviables. Y bastantes trabajadores y autónomos pasarán directamente del ERTE al paro. Algunos analistas creen que a final de año tendremos 5 millones de parados.
¿Qué hay que hacer frente a esto?
Dos cosas: impulsar el crecimiento generador de empleo y acometer el equilibrio presupuestario.
1ª. IMPULSAR EL CRECIMIENTO ECONOMICO GENERADOR DE EMPLEO. Habrá ayudas importantes de la UE para esto. Se habla de un Fondo de Recuperación Europeo (FRE) del que podrían venir a España 77.000 millones en subvenciones y 63.000 en préstamos. Este viernes se ha reunido el Consejo Europeo para ir despejando el FRE, sin resultados concretos por ahora. Queda un largo camino que recorrer para que esto se materialice. Ojalá se mantengan estos importes al final.
Y habrá mucho más dinero en préstamos, de los Bancos españoles (con aval del ICO o sin él) y del Banco Europeo de Inversiones. Dinero no faltará.
Pero para que esto funcione hay que elaborar un Plan Nacional de Reformas. Se nos llena la boca hablando de economía verde, de digitalización, de I+D… Pero no es nada fácil asignar el dinero a proyectos empresariales concretos. No confío mucho en la Comisión para la Reconstrucción de Patxi López ni tampoco en el Equipo de 100 expertos de Pedro Sánchez. Harán Libros Blancos llenos de bonitas palabras. Para saber en qué proyectos concretos generadores de empleo hay que meter el dinero, es indispensable contar con la colaboración de los empresarios. Son ellos los que saben y los que tienen que crear los empleos. Hay que montar Comisiones Sectoriales (con empresarios y técnicos de la Administración central y autonómica) en Sanidad, Turismo, Transporte, Industria básica, Automoción, Energía, Infraestructuras, Construcción, Digitalización, I+D…
Y ese Plan Nacional de Reformas así elaborado tiene que ser aprobado por el Congreso por una amplia mayoría. Para acogernos al FRE la UE nos va a demandar un Plan sólido, a medio y largo plazo, y con garantías de cumplimiento.
¿Y cómo se consigue reducir el déficit?
2ª. ACOMETER EL EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO: APROBAR EN EL CONGRESO UNA SENDA CREIBLE DE REDUCCION DEL DEFICIT PARA EL TRIENIO 2021-2023. Tenemos que aprobar las líneas básicas de los Presupuestos de 2021, 2022 y 2023. Con una mayoría parlamentaria amplia, que transmita credibilidad al país, a la UE y a los inversores. El Partido Popular tiene que entrar en esto. Se trata de que el déficit del 10% de 2020 pase al 7% en 2021, al 4% en 2022 y al 1% en 2023. Esto es vital para poder sostener la inmensa montaña de la deuda pública (recordemos que el BCE no es omnipotente).
¿Cómo se puede disminuir el gasto público?
Lo más importante es que haya crecimiento económico. El Plan Nacional de Reformas, en el marco del FRE, está volcado a eso. Y lo que los políticos deben hacer es olvidar sus peleas infantiles, llegar a acuerdos básicos y crear el clima de estabilidad, seguridad y confianza que los empresarios necesitan para invertir y crear empleo. Y, al mismo tiempo, es imprescindible aumentar los ingresos públicos y disminuir los gastos públicos. Hoy vamos a comentar qué se puede hacer con los gastos públicos.
La UE, el Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (la AIReF, que dirigía el hoy ministro Sr. Escrivá) vienen insistiendo en la necesidad de revisar en profundidad el gasto público, para eliminar todo gasto ineficiente o superfluo. Esta es una tarea eternamente pendiente en nuestras cuentas públicas, en todos los niveles de la administración (central, autonómica, local). Cuesta mucho hacer esto en serio. Pero hay que hacerlo. La AIReF, con sus escasos medios, ha empezado a meterle el diente a esta tarea. Merecen leerse sus informes de spending review.
La UE, el Banco de España y la AIReF vienen insistiendo en la necesidad de revisar en profundidad el gasto público
Jesús Santidrián
No estamos hablando de recortes como se hizo tras la crisis de 2008. Entonces se recortó con simples tijeretazos en sanidad, educación, sueldos de funcionarios… Era el recurso más fácil y sin proyección alguna. No se trata de eso. Se trata de revisar a fondo las políticas de gasto en las administraciones públicas españolas para mejorar la productividad, solucionar ineficiencias y eliminar gastos superfluos.
Vamos a apuntar unas ideas personales al respecto:
1.Pensiones. Hay mucho que hablar sobre esto. Ahora apuntamos sólo una idea: hay que retrasar la edad de jubilación.
2.Sanidad. También hay mucho que hablar sobre esto. Para empezar, hay que invertir más en hospitales, pagar más (y proteger mejor) a los sanitarios, ser autosuficientes en material… Sólo dos ideas ahora: revisar el gasto farmacéutico y desarrollar a tope la telemedicina.
3.Productividad de los funcionarios. Hay que encontrar la manera de incentivar el trabajo bien realizado por los funcionarios. En educación, sanidad, policía, justicia… hay que discriminar la calidad del trabajo de cada uno y eso se tiene que notar en el sueldo. Esto es tan difícil como necesario.
4.Subvenciones. Hay mucho que hablar en este punto. No está clara la contribución de muchas subvenciones a fines de interés general.
5.Políticas activas de empleo. Hay mucho margen para reducir y mejorar.
6.Duplicidades. La concurrencia de políticas entre Estado, Autonomías y Ayuntamientos provoca duplicidades que pueden eliminarse.
7.Universidad. En España hay demasiadas Universidades, demasiados estudiantes universitarios y poca excelencia en la enseñanza. La Universidad está alejada de la empresa e incluso de la Administración. Esto tiene que cambiar. La actual política de reducción de tasas académicas no es apropiada. Hay que elevar las tasas, al tiempo que se implementa una correcta política de becas. En 2016 el gasto por Universidades fue 11.200 millones, de los que sólo un 20% se cubría con las tasas.
8.Gestión de inmuebles. Es habitual que la Administración pague fuertes alquileres por el uso de locales, al tiempo que mantiene inmuebles desocupados o inmensos solares sin ningún aprovechamiento. A esto hay que meterle gestión empresarial.
9.Gastos corrientes. Se pagan fuertes sumas por servicios externos, como Informática ó Seguridad. La Administración subcontrata con terceros muchas tareas que podría realizar por sí misma.
10.Canales TV. Los canales autonómicos reciben una subvención de 943 millones anuales (datos de 2018). Sobran muchos canales autonómicos. Sin paliativos. Por otro lado, debería volverse a emitir publicidad en TVE (la subvención a TVE en 2018 fue 916 millones).
11.Organismos a suprimir. La lista de Entidades autónomas, Fundaciones públicas, Consorcios… que dependen de las CCAA es un disparate. Esto debe simplificarse. Tampoco se entiende la necesidad de Defensores del Pueblo en casi todas las CCAA. Lo mismo pasa con los Consejos Consultivos y los Organismos que fiscalizan las Cuentas. Todo esto debe aligerarse.
12.Parlamentos autonómicos. Tenemos 1.258 parlamentario autonómicos. Sobran más de la mitad. Es un escándalo que una Comunidad uniprovincial como Madrid tenga 132 parlamentarios.
13.Diputaciones Provinciales. En un Estado autonómico, las Diputaciones Provinciales carecen de sentido. Todas sus funciones deben ser asumidas por las CCAA. Obviamente, los funcionarios se mantendrán, pero deben ser reasignados a servicios de las CCAA. Hay ahorro seguro.
Esto es para empezar.