Conocido en Twitter como @LargoJavariega, este publicista madrileño es, a sus 47 años, uno de los usuarios históricos de la red social en España. Ácido a más no poder, llegó a Twitter en 2011 y dos años más tarde publicó, en plena fiebre de las autoediciones, Tengo una idea mejor, una novela corta que reflejaba la vida de otro publicista, Hugo, al que muchos intentaban identificar con el autor. Acostumbrado a atizar a diestro y siniestro, El Largo, como le conocen en la vida real, es puro sarcasmo y, por eso, uno de los más recomendables de la red.
Podría decirse que es usted uno de los tuiteros históricos. Yo, al menos, lo recuerdo hace años en la red dándolo todo. ¿Cómo empezó en esto?
Twitter siempre ha sido un buen lugar para practicar la escritura creativa. Al principio te obligaba a rebanarte los sesos para poder decir lo que querías decir en ese momento con sólo 140 caracteres y la necesidad de ser original y fresco en tu forma de hacerlo. No es casual que los primeros tuiteros que deambularon por mi TL, y con quienes pronto llegué a quedar en el mundo real para irnos de cañas, cojearan todos de lo mismo. Eran guionistas, periodistas, escritores, publicistas… Todos, de una forma u otra, nos ganábamos la vida escribiendo. Esa es también la magia de Twitter.
Hubo un tiempo en el que Twitter era un territorio de absoluta libertad en el que estaba permitido hablar de todo. Y, fundamentalmente, reírse de todo. ¿Cómo recuerda aquella etapa? ¿Recuerda algún tema especialmente sonado?
Yo no creo que las cosas hayan cambiado tanto. Es cierto que con el paso de los años Twitter ha ido ganando en relevancia y presencia en los medios de comunicación y se ha convertido en una trampa mortal para políticos y famosos que se dejan llevar y tuitean auténticas barbaridades. Ya no somos 4 gatos pegando alaridos en el desierto de los Monegros. Ahora es más fácil que alguien te escuche y utilice tus propios tuits contra ti. Esa posibilidad consigue que nosotros mismos nos autocensuremos en muchas ocasiones. Creces, maduras… y creo que es sólo eso lo que le ha pasado a Twitter: antes era una radio de pueblo y ahora una televisión internacional.
Ya no somos cuatro gatos pegando alaridos en el desierto de los Monegros. Ahora es más fácil que utilicen tus propios tuits contra ti.
@LargoJavariega
Ahora no recuerdo ningún tema especialmente sonado. Todos los días hay alguno. La censura al humor dio y sigue dando mucho de qué hablar y hay opiniones para todos los gustos. No creo que nos pongamos de acuerdo nunca. Personalmente, pienso que muchos confunden la burla soez y gratuita con el humor negro, cuando en realidad es sólo escarnio. El humor negro es el más fino e inteligente de todos.
En 2013 publicó ‘Tengo una idea mejor’. ¿Lo hizo aprovechando el éxito tuitero? ¿Ha escrito algo más?
Aquello no fue más que una gamberrada. Muy divertida, según los lectores, pero una gamberrada sin más. Vi que muchos tuiteros se habían animado a autopublicar y me picó el gusanillo, así que me puse a aporrear el teclado en los ratos muertos y me salió algo parecido a una novela corta. Escribir una novela de verdad es algo que aún tengo pendiente.
¿Cree que la entrada en Twitter de los políticos cambió la forma de funcionar de la comunidad tuitera? Si es que esta comunidad existe, claro.
No creo que haya tanto una comunidad tuitera como sí tuiteros muy influyentes y respaldados por otros medios de comunicación que visibilizan sus opiniones. La política siempre ha sido un tema estrella en Twitter, que es como un bar virtual donde todo el mundo opina y, casi siempre, sin tener ni pajolera idea. El hecho de que los políticos entraran a jugar fue una bomba, claro. Y que además un tuitero cualquiera les pueda hacer unos cañitos y meterles golazos por la escuadra con un ZASCA colosal… ¡Eso ya es adictivo!
Que un tuitero cualquiera pueda hacer cañitos a los políticos y meterles golazos por la escuadra con un ZASCA colosal… ¡Eso ya es adictivo!
@LargoJavariega
Los ofendiditos eran un perfil muy peculiar en la red en sus inicios. Hoy, sin embargo, no solo se han hecho con ella sino que, al parecer, se gobierna para ellos. ¿Comparte esta visión? Si es así, ¿qué le parece?
No, no la comparto. Los ofendiditos siempre han estado en nuestras vidas y ahora también tienen Twitter. Qué le vamos a hacer. Lo que creo es que hay mucho impostor. Mucho ofendidito que no busca más que llamar la atención, como un niño berreando en el súper. Es el camino más fácil y es cierto que están creciendo en número. Pero si en Twitter no molestas a nadie, es que no has dicho nada. En el fondo nos hacen un favor.
Han existido otras redes sociales que, sin embargo, no han logrado acabar con el éxito de esta. ¿Por qué engancha Twitter?
Es rápido, es conciso y es ingenioso. Eso siempre gusta.
¿Qué utilidades cree que realmente tiene Twitter?
Como todas las redes sociales, Twitter también es una forma de conocer gente. Como te decía al principio de esta entrevista, acabas conociendo a personas muy afines a ti. Compartes opiniones que con el tiempo dibujan un retrato tuyo muy aproximado a la realidad. No hay tanto postureo. Y eso en ocasiones hace que ocurran milagros. Por ejemplo, y volviendo a mi novela gamberra, mi primer lector beta fue @JuanGomezJurado. ¿Cómo te quedas? No soy nadie, junto cuatro letras, le envío un DM (Direct Message) a uno de los escritores top de nuestro país y buena parte del mundo y…¡Voilà! ¡Se las lee! Así que aprovecho la ocasión para agradecerle una vez más la molestia y los valiosísimos consejos que me dio. Con ellos logré dar algo más de forma a lo que ya os digo que sigue siendo poco más que una piedra.
Y, si nos cierran, ¿qué hacemos?
Pues nos vamos a otro bar. Será por bares.