“Recuperar el control” fue el lema con el que los brexiters en Inglaterra defendían la salida de la Unión Europea. Pero también podría servir para describir la imagen que ha pretendido proyectar hoy el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al anunciar el punto y final de la fase 3 en Cataluña. En una rueda de prensa junto a la consellera de Salud, Alba Vergés, y el de Interior, Miquel Buch, Torra ha informado de que Cataluña entra a partir de la medianoche de hoy en la bautizada como “fase de reanudación”, que reemplaza a la fase 3 decretada por el Gobierno central y devuelve las competencias a la Generalitat.
Según ha explicado el president, un nuevo decreto regulará las medidas que se apliquen a partir de ahora en Cataluña, que se basarán en la obligatoriedad de portar mascarilla y de adoptar ciertas normas sobre la higiene personal y la distancia social. Asimismo, Torra ha aseverado que desde este momento “quedan sin efecto las medidas de la declaración del estado de alarma” —a pesar de que el periodo de alarma concluirá oficialmente el domingo— y que se levantan las restricciones de movilidad en todo el territorio catalán.
Cambios cosméticos
A pesar de utilizar una terminología propia —“fase de reanudación” en lugar de “nueva normalidad” — para singularizarse frente al Gobierno central, Torra ha anunciado escasos cambios, y los que ha mencionado resultan más bien cosméticos. Las novedades se ciñen sobre todo a cambios en los aforos. Así, hasta el próximo 25 de junio, el aforo máximo en espacios cerrados será del 50%, mientras que si se trata de un espacio abierto se extenderá hasta el 75%. Por su parte, la consellera de Salud ha precisado que a partir de la fecha mencionada desaparecerán los porcentajes y serán los propios ciudadanos quienes deberán mantener la distancia de un metro y medio con los demás, independientemente de que estén en un espacio abierto o cerrado.
Por lo demás, Torra no ha desaprovechado la ocasión para reivindicar su gestión de la pandemia y criticar la realizada por el Gobierno de España. Y es que, a su parecer, “otro estado de alarma era posible”. “Nadie se puso en contacto con nosotros para informarnos de que se aplicaría un estado de alama”, ha denunciado. En cambio, ha hecho hincapié en que el Govern reaccionó con rapidez: “Antes de que se decretase el estado de alarma ya cerramos colegios, confinamos Igualada y tomamos varias medidas de restricción en trasporte publico”.