La tensión entre Esquerra Republicana de Cataluña y Junts Per Cataluña surgida en torno a la implicación de Laura Borràs en un caso de corrupción está alcanzando cotas difícilmente superables. En esta ocasión, el que ha animado el fuego de la controversia ha sido el exdiputado de ERC en el Congreso, Joan Tardà, que ha cargado contra Borràs en un par de ocasiones durante las últimas horas, dejando entrever que su partido podría votar a favor del suplicatorio contra ella. Este mecanismo resulta imprescindible para que la neoconvergente, dada su condición de aforada, pueda ser juzgada por prevaricación y falsedad documental —entre otros delitos— por la adjudicación de un contrato fraccionado a un amigo por valor de 260.000 euros cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes.
La primera de las arremetidas de Tardà contra Borràs ha tenido lugar en artículo de El Periódico publicado ayer. En el texto, firmado por Tardà, éste alude al papel que los distintos partidos separatistas jugarán en la votación en el Congreso sobre el suplicatorio de Borràs, advirtiendo de que ERC actuará con la máxima integridad: “Convendréis que los tiempos ya han cambiado lo suficiente como para que nadie pueda pretender bajar el listón del rasero en la calidad y la honestidad democráticas que en una batalla gigantesca se decidió colocar bien alto”.
“En ERC, Borràs estaría suspendida a los 15 o 30 minutos”
Posteriormente, en una entrevista concedida esta mañana al programa de Josep Cuní en la Ser Cataluña, Tardà ha dejado claro cuál sería la actuación de su partido si Laura Borràs formase parte de sus filas: “Si hubiera sido diputada de ERC, afirmo rotundamente que al cabo de 15 o 30 minutos, habría dimitido o hubiera sido suspendida de afiliación del partido, porque la corrupción es el enemigo número uno de nuestro sistema democrático”. Acto seguido, ha alertado de que la “normalización de la corrupción deja a los ciudadanos indefensos ante el deterioro de la democracia».
Pese a todo, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha entrado en el debate sobre el suplicatorio de Borràs puntualizando que su formación “ni suma ni resta” para el resultado de la votación, puesto que sus 13 diputados son “irrelevantes” a nivel matemático. En todo caso, Rufián ha remarcado que no es Esquerra quien manda a “nadie al Supremo a dar explicaciones”, y ha admitido que a ellos no les resulta plato de gusto tener que escoger entre “antirrepresión y anticorrupción”. “Es un dilema perverso”, ha ponderado. Tanto las declaraciones de Rufián como las de Tardà se producen días después de que Borràs advirtiese que no votar contra su suplicatorio implicaría “blanquear” al Supremo y permitir un “juicio injusto”.