El verano pasado, Barcelona recibió 11,97 millones de turistas, un 5% más que en el año 2018, quienes gastaron una media de 195 euros (un 5,3% más que en el ejercicio anterior) en la Ciudad Condal, según datos del consistorio barcelonés. Este año, aunque se abran las fronteras con Francia y Portugal a principios del mes de julio, las restricciones de movilidad y la ausencia de visitantes internacionales va a condicionar la evolución de sectores como la hostelería y la restauración. Coincidiendo con la entrada de la ciudad en la fase 2, donde el aforo estará limitado a un tercio y no se podrá consumir en la barra, Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració de Barcelona, nos explica qué le espera al sector en los próximos meses.
A medida que avanza la desescalada, ¿cómo valoran el paso de las fases 0 y 1 a la 2? ¿Prevén que abran todos los bares y restaurantes de Barcelona?
Hasta ahora, el sector ha experimentado una reapertura muy residual debido a las limitaciones tan estrictas de las fases 0 y 1. Muchos establecimientos no veían rentable subir la persiana si únicamente podían contar con un aforo del 50% de la terraza. El paso a la fase 2 nos permite ver cómo reabre buena parte del sector, además de obtener unos ingresos que permitan subsanar los gastos de volver a la actividad. Aun así, calculamos que un 25% de los 9.000 establecimientos dedicados a la restauración no abrirán sus puertas hasta fases más avanzadas.
¿Qué tipo de locales entrarían dentro de este 25%?
Básicamente bares y restaurantes situados en itinerarios turísticos que no van a contar con la clientela habitual que tenían por estas fechas. Y también a pequeños establecimientos a los que no les salen los números en esta fase.
«Calculamos que un 25% de los 9.000 establecimientos dedicados a la restauración en Barcelona, no abrirán sus puertas hasta fases más avanzadas»
Roger Pallarols, director general del Gremi de Restauració de Barcelona
Sería erróneo pensar que los establecimientos situados en barrios más turísticos, como puede ser el Gòtic o el Born, tengan más dificultades para volver a la actividad que el resto?
Es evidente que toda la restauración está ‘muy tocada’, especialmente aquella centrada en el visitante extranjero. La crisis del Covid-19 comporta cuatro amenazas para nuestro sector. La primera es el cierre y la falta de ingresos, aunque incomprensiblemente, se les han mantenido gastos fijos, como alquileres, impuestos, etc. La segunda es la propia desescalada paulatina que no te permite trabajar al 100% de tu capacidad y, por lo tanto, dificulta la viabilidad de los negocios. La tercera hace referencia a la anormalidad en el consumo interno, el aumento del paro y la pérdida de poder adquisitivo de las familias. Y la cuarta va a ser la presencia muy residual de turistas que no va a servir para relanzar la economía de la restauración en particular, ni de la ciudad en general.
Por lo tanto, aunque se abran las fronteras a partir de julio, usted cree que la temporada no se va a salvar.
Desde hace meses, la restauración acumula pérdidas, aunque tras el Covid-19, la situación ya es una lucha por la supervivencia con un solo objetivo: conservar el mayor número posible de empresas y puestos de trabajo. Este lunes, el Banco de España empeoraba sus previsiones para este año, vaticinando una caída del PIB entre un 9 y un 11,6% en lo que queda de año. Si se diera un rebrote en los próximos meses, incluso se hablaría de un desplome de un 15,1%. El Banco de España lo ha puesto muy negro: la recuperación económica a un estado pre Covid-19 no se producirá hasta dentro de dos o tres años. A partir de estos augurios insisto: debemos ser capaces de mantener nuestro tejido productivo y evitar la destrucción de empleo.
En general, el verano es buena época para el sector de la restauración. Incluso se constata un aumento en la contratación porque suele haber más demanda. ¿Qué va a pasar este año?
La próxima campaña de verano no generará contratación. Sí vamos a ver mucha gente afectada por ERTES, en el caso de que decidan alargarlos. Esto es algo que patronal y gobierno ya deberían haber hecho, dado que la restauración es uno de los sectores que más ocupación crea, comparado con otros. Lo ideal sería que los ERTES se alargaran hasta finales de año como mínimo, e ir incorporando a los trabajadores a medido que evolucione el consumo. Estamos hablando de una etapa de destrucción de ocupación puntual y deberíamos intentar que la afectación fuera la mínima posible.
El paso a la fase 2 de la desescalada puede hacer pensar que nos hallamos a un paso de la reactivación económica. Nada de eso. Esto es economía de guerra, de pura subsistencia. Para mí, la reactivación económica es real cuando se crea ocupación y riqueza, se consigue que los negocios sean viables e incluso se ponen en marcha nuevas empresas. Simplemente, hemos pasado del cierre forzoso a la reapertura restrictiva.
«La próxima campaña de verano no generará contratación. Sí vamos a ver mucha gente afectada por ERTES, en el caso de que decidan alargarlos. Esto es algo que patronal y gobierno ya deberían haber hecho, dado que la restauración es uno de los sectores que más ocupación crea»
Roger Pallarols, director general del Gremi de Restauració de Barcelona
Desde el Gremi de Restauració de Barcelona creemos que bares y restaurantes se recuperarán a partir de la Semana Santa del año que viene.
A mediados de la semana que viene, Barcelona y su área metropolitana podrían pasar a la fase 3 si progresan lo suficiente. De lo contrario entrarían en la nueva normalidad a partir del 22 de junio. ¿Qué va a suponer para el sector de la restauración?
El lunes que viene ya deberíamos entrar en la fase 3. El sector es uno de los más perjudicados por la crisis, así que el paso a la 3 serviría para dos cosas: conseguir que todos los bares y restaurantes abran, incluso ese 25% que aún no lo ha hecho y, de paso, mejorar la situación económica del sector y también dinamizar la de la ciudad de Barcelona.