Pese a que la Assemblea Nacional Catalana se define como una organización de la sociedad civil “estrictamente independiente de los partidos y de la Administración”, a nadie se le escapan las estrechas conexiones que la unen al poder político y la voluntad de éste por hacerse con su control. Así, no es de extrañar que Carles Puigdemont esté tratando de promover en la sombra a una persona concreta para presidir la entidad, que celebra elecciones entre el 19 y el 13 de este mes. Dicha persona, según cuenta El Confidencial, no es otra que Montserrat Soler Prat, vocal de la Cámara de Comercio de Barcelona, miembro de su comité ejecutivo y una de las responsables de que Joan Canadell se convirtiese en su presidente.
De esta forma, su contable, Sergi Miquel, ha estado efectuando llamadas y contactando con todos los miembros posibles de la ANC para persuadirles que respalden a la candidatura de Soler. Según los estatutos, Soler es elegida de manera indirecta. Esto es, que aunque no obtenga la mayoría de los votos, los miembros del secretariado que emerja de los comicios tendrán la potestad de elegir al presidente de la ANC. Al parecer, el círculo de Puigdemont cree finiquitada la trayectoria de la actual presidenta, Elisenda Paluzie, —lo que explica que esté acusando de tibieza a los partidos separatistas—, y quiere convertir a la entidad en una prolongación de su Consell per la República.
Soler conquistó la Cámara de Comercio para el separatismo
Y es que, mientras que Paluzie se distanció del entorno de Puigdemont al impulsar el fracasado proyecto de Primàries junto a Jordi Graupera para apostar por “verdaderos independentistas”, Montserrat Soler fue la artífice de la candidatura Eines de País, que permitió conquistar para el independentismo la Cámara de Comercio de Barcelona. Para favorecer la candidatura de Soler, el círculo del expresident cuenta con socios próximo a Junts Per Cataluña, pero también con antiguos dirigentes de la ANC que en los últimos tiempos se han distanciado de Paluzie. Entre ellos, se cuenta Jaume Marfany, Xavier Vidal o Pere Pugès. De hecho, éste último, junto a miembros históricos de la ANC como Miquel Sellarès, Enric Aïnsa o Miquel Strubell publicaron el pasado 8 de junio un artículo en El Punt Avui en el que confesaban su pretensión de convertir a la ANC en un complemento del Consell de la República de Puigdemont.
Así las cosas, Paluzie se ve asediada por dos flancos. Por su lado izquierdo, el candidato a batir es Antonio Baños, cuya popularidad y experiencia política le convertía hasta hace poco en la única preocupación de Paluzie. Y por su lado derecho, la mencionada Soler. A ello se le suma que Esquerra Republicana de Cataluña carece de un candidato alternativo sólido. Y si bien es cierto que Paluzie militó en ERC, es vox populi que no mantiene la mejor de las relaciones con Oriol Junqueras. Para terminar de empeorar la situación, este mes de mayo se publicó un manifiesto crítico con Paluzie. El él, 70 personas —gran parte de ellas de la zona sur de Tarragona— denunciaban su favoritismo con respecto a ERC y su pérdida de transversalidad, precisamente las críticas que se vierten sobre ella desde Waterloo.