Aunque se trata de un recurso habitual, la crisis del coronavirus ha evidenciado como la mayor parte los medios se han dedicado a resaltar los problemas de otros países como forma de encubrir la gestión en España, a nivel central o de las comunidades autónomas. El mensaje no tan subliminal, ha sido bastante explícito, es: no lo hacemos tan mal, otros lo hacen peor. El foco se ha puesto sobre todo en destacar el supuesto caos de EE.UU, Brasil, también el Reino Unido y alguno de los países que han adoptado menos medidas de confinamiento como Suecia o Bielorussia. También se han magnificado los rebrotes de contagio en países que han destacado en su lucha contra la pandemia como Corea del Sur o Singapur.
Se pasa por alto la manipulación más sofisticada que hacen los medios convencionales a base de publicar unas noticias y omitir otras
La concentración de las críticas, no avaladas por las cifras pues en todos estos países las muertes por millón son menores que entre nosotros, se ha producido entorno a Brasil y EE.UU y, en menor medida sobre la Gran Bretaña. En realidad, las críticas han sido ad hominen: Trump, Bolsonaro y Boris Johnson. No voy a defender su gestión, ni menos sus salidas de tono, pero si destacar la permanente amplificación de lo negativo de los gobernantes de estos países para condicionar la política interna. Destaca también la escasez de críticas hacia otros países dónde la gestión del gobierno ha sido cuestionada como en Francia y la práctica omisión de información de países como Rusia.
Cuando se habla de noticias falsas, de bulos, se pone el foco en internet y en las evidentes manipulaciones, bastante groseras y conspiranoicas, que encontramos en la red, muchas de ellas distribuidas desde otros países. Pero se pasa por alto la manipulación más sofisticada que hacen los medios convencionales a base de publicar unas noticias y omitir otras o dar una versión determinada y parcial de los hechos. Por ello me permito defender la red. La pluralidad de fuentes que encontramos en internet sirve para que, si el lector quiere, consultar diversas versiones, analizar puntos de vista distintos y, así, hacerse una composición propia de lo que esta pasando. Claro que también sirve para reforzar las posiciones previas de los lectores si sólo leen lo que concuerda con sus convicciones- como va a ser una noticia falsa si coincide con lo que pienso- y omiten todo lo demás, si esto es lo que buscan y no les interesa acercarse a la verdad. Pero eso también ocurre con los medios ‘serios’ y entre ellos la pluralidad es mucho menor.