Desde que Quim Torra accedió a la Presidencia de la Generalitat hace dos años siempre se ha dudado de si realmente decidía él los pasos a dar o de si se trataba, en realidad, de un presidente vicario, a las órdenes de Carles Puigdemont, refugiado en Waterloo tras huir de la Justicia española por el referéndum ilegal del 1-O. Las dudas las ha despejado el mismo Puigdemont este lunes en una entrevista en la que deja claro que el Govern lo dirige él y que Torra se limita a «enviar mensajes«. Al menos, en estos momentos de crisis provocados por la pandemia del COVID-19.
«Tenemos una reunión a primera hora de la mañana con el equipo del presidente Torra», ha explicado Puigdemont, «para discutir la realidad actual y definir la estrategia«. Y ha añadido: «He decidido tener un papel secundario públicamente porque le tocaba liderar a Quim Torra. Le tocaba enviar mensajes en estos momentos delicados, sin distorsión. Lo que yo pueda decir podría introducir ruido innecesario en un momento en el que la prioridad es atender a la gente».
De ser cierto lo que relata el ex presidente en el digital La Mordaza, se explicaría que la ruptura entre los socios de Gobierno, JxCat y ERC, sea tan extremadamente abierta como para que la posconvergencia haya anunciado que, incluso, promoverá una comisión de investigación sobre lo sucedido con el COVID-19 en las residencias de ancianos, un área gestionada por los republicanos. Quedaría también claro que la estrategia de intentar agravar la relación con el Gobierno central, protagonizada por Torra desde que se decretó el estado de alarma, estaría realmente en manos de Puigdemont, que no deja de ser, además, quien aspira a liderar la candidatura de JxCat para las cada vez más cercanas elecciones autonómicas.
Suspender la DUI, un «error histórico»
Puigdemont, por otro lado, ha definido en la misma entrevista como «un error histórico» la suspensión de la declaración unilateral de independencia (DUI) del 10 de octubre de 2017. Y ha asegurado que lo hizo porque el Gobierno del popular Mariano Rajoy «tenía la voluntad de moverse» tras la celebración de la consulta ilegal del 1 de octubre. En este sentido, Puigdemont ha afirmado que el Gobierno del PP había «entendido el mensaje» del referéndum y que estaba dispuesto, al parecer, a «hablar de ello«. «Ellos pidieron», ha añadido, «que no hiciéramos nada irreversible«. Y fue esta supuesta petición la que llevó al entonces presidente de la Generalitat a suspender la DUI.
Sin embargo, acto seguido Puigdemont ha admitido que «fue todo un gran engaño» y que, en realidad, el Gobierno utilizó esa suspensión para ganar tiempo,»preparar el 155″ y «romper el momento en el que la ciudadanía catalana estaba dispuesta a llegar muy lejos«. Por ello, ha asegurado que, de poder repetir aquel momento, «no decretaría la suspensión de los efectos» de la DUI.