¿El tribunal constitucional alemán contra Europa?

Está produciendo mucho ruido la Sentencia del Tribunal Constitucional alemán (TCA) publicada este martes 5 de mayo. Hay quien opina que esta Sentencia hace peligrar los Programas de compra de deuda pública que viene ejecutando el Banco Central Europeo (BCE). Ya sabemos que estas compras son vitales para que España (y también Italia y Francia) pueda seguir obteniendo, a interés reducido, la enorme  cantidad de dinero prestado que necesita para sobrevivir. Y esa necesidad es más acuciante tras la temible crisis de la pandemia. Todos tendremos que endeudarnos mucho más, y para que eso sea posible a tipos soportables el BCE ha implementado un Programa especial de compra de hasta 750.000 millones.

Intentaremos explicar el alcance de esta Sentencia y para ello es obligado hacer un poco de historia.

La crisis de 2008-2013

En la anterior crisis financiera, sobre todo en los años 2011 y 2012, se produjeron tensiones extraordinarias en los mercados de deuda pública. Muchos inversores dudaban de la capacidad de pago de países como Grecia, Irlanda y Portugal. También España e Italia lo pasaron mal. Estos países tenían cada vez más difícil conseguir dinero prestado y, desde luego, los tipos de interés no paraban de subir. Aquello tenía toda la pinta de llevarse al euro por delante.

El BCE tardó mucho en ponerse las pilas. Alemania era muy renuente a poner la política monetaria al servicio de los países en dificultades. Finalmente, en julio de 2012, Mario Draghi pronunció su Whatever it takes… lo que quería decir que el BCE compraría toda la deuda que fuese necesario para sostener a los países. Eso bastó para calmar a los mercados y rebajar los tipos de interés. Entonces el bono español a 10 años pagaba el 7%. Y Draghi fue decisivo para nosotros: marcó el fin del austericidio y el principio de la recuperación.

Los programas de compras de deuda pública

La intervención del BCE adquirió dimensiones descomunales a partir de marzo de 2015 mediante un programa de compras masivas en el mercado secundario de deuda pública conocido como PSPP (Public Sector Purchase Programme). Este Programa se ha ido prorrogando hasta el momento presente, en el que el BCE (junto con los Bancos Centrales nacionales) dispone de 2,5 billones de euros de deuda pública europea. Y ha cumplido perfectamente el objetivo perseguido. Con diferencias de tipos más o menos acusadas, todos los países consiguen financiarse en los mercados de deuda.

Hay que decir que el PSPP es un programa compartido entre el BCE y los BancosCentrales Nacionales (como el Banco de España), que son los accionistas del BCE.  De hecho, el 90% de las compras programadas por el BCE las efectúan los Bancos Centrales Nacionales sobre su propia deuda nacional. Y ellos corren con los riesgos. De este modo, a finales de marzo de 2020 el Banco de España tenía en su activo 253.000 millones de deuda pública española (el 21% de la deuda total).

Alemanes disgustados recurren al constitucional

El PSPP no gustó nada a algunos alemanes poco eurófilos. En mayo de 2016 varios empresarios alemanes recurrieron al TCA denunciando la inadecuación del PSPP a la Constitución alemana. Alegaban que con el PSPP el BCE vulneraba su mandatoprincipal que es contener la inflación un poco por debajo del 2%. Lo que el BCE estaba consiguiendo era situar los tipos de interés cerca del 0% en toda la zona euro. Ello era traspasar la política monetaria para entrar en una política de estímulo fiscal dirigida a asegurar la financiación de los países. Esto produce efectos adversos en la economía, incentiva a empresas inviables (que consiguen crédito a tipos ridículos) y perjudica a los ahorradores alemanes que ven cómo sus depósitos bancarios no reciben casi remuneración. (Aquí se olvidan de decir que el Tesoro alemán consigue financiarse a tipos negativos).

El criterio del tribunal de justicia de la UE

El TCA planteó cuestión prejudicial al TJUE (Tribunal de Justicia de la UE) sobre este tema. El TJUE dictaminó en diciembre de 2018 que el PSPP no excede el mandato del BCE de asegurar la estabilidad de precios y que está plenamente ajustado a la legalidad comunitaria.

La sentencia del TCA

El TCA no se ha dejado impresionar por el criterio del TJUE y en la Sentencia que estamos comentando entiende que la actuación del BCE al implementar tal volumen de PSPP no parece congruente con elmandato básico del BCE que es mantener la inflación un poco por debajo del 2%. Entiende las reticencias de los recurrentes en cuanto que puede que se esté traspasando la política monetaria para entrar en el estímulo fiscal. En consecuencia, el TCA requiere al BCE para que en el plazo de 3 meses justifique que las compras del PSPP son congruentes con el mandato básico. De no aportar justificación suficiente, el TCA dice que el Bundesbank (BB, Banco Central Alemán) no podrá participar en lo sucesivo en el PSPP. Y deberá deshacerse de los bonos alemanes que actualmente tiene en su poder.

¿Cuál ha sido la reacción del BCE?

El BCE acusa recibo de la Sentencia. Afirma que sigue comprometido con su objetivo de mantener la estabilidad de precios. Y recuerda que el TJUE confirmó en diciembre de 2018 que el PSPP se ajusta al mandato del BCE.

¿Y que dice la Comisión Europea?

La CE recuerda que las Sentencias del TJUE son vinculantes para todos los Tribunales nacionales, incluido el TCA.

Nuestros comentarios

  1. Los efectos prácticos de la Sentencia del TCA son limitados: si el BCE no justifica suficientemente la congruencia del PSPP con su mandato básico de mantener la inflación, el TCA requerirá al Bundesbank para que no participe en los futuros PSPP y no comprará deuda alemana. Ya veremos cómo gestionan esto en Alemania. Posiblemente se acepten las justificaciones del BCE y todo quede en un pequeño susto. Y, en el peor de los casos, esto no afecta a los Programas de compra de la deuda de países distintos de Alemania.
  2. Todo el mundo, incluido el propio TCA, han confirmado que esta Sentencia noafecta al Programa de compras que el BCE ha decidido implementar para contener la terrible crisis derivada de la pandemia. Está claro que este es un caso aparte; se trata de salvar la economía europea. Este nuevo Programa se conoce como PEPP (Pandemic Emergency Purchase Programme). Se van a dedicar a él 750.000 millones, en compras programadas hasta diciembre de 2020. Y habrá que ampliarlo después. Incluye deuda pública y privada. La Sra. Lagarde ha sido contundente al manifestar este jueves que el BCE hará todo lo que sea necesario para llevar a cabo su mandato (lo que incluye el PEPP) sin inmutarse por la sentencia del TCA. El BCE es independiente de los Gobiernos y de los lobbies y sólo debe rendir cuentas ante el TJUE y el Parlamento Europeo.
  3. Aunque esta Sentencia envía una mala señal a los mercadosde deuda, la realidad es que no ha tenido impacto relevante. El bono español a 10 años pagaba el 24 de abril un 0,94% (hay que decir que esto es cuatro veces más que lo que pagaba en febrero y es por la pandemia), el 1 de mayo pagaba un 0,72% y el 8 de mayo, después de la Sentencia, paga un 0,86%. Es de esperar que no haya tormenta.
  4. La Sentencia del TCA es un malísimo precedente para el funcionamiento correcto de la UE. Se está negando la primacía del TJUE para decidir sobre los asuntos de normativa e instituciones comunitarias (como son los relativos al BCE). De este modo, cualquier Tribunal Constitucional nacional (pensemos en Hungría y en Polonia), bajo el pretexto de defender su norma constitucional, podría hacer caso omiso a la normativa comunitaria y al TJUE. Obviamente, así es imposible que funcione la UE.
  5. La Sentencia del TCA presenta un grave trasfondo político que no podemos desconocer. La decisión se ha tomado por siete votos a favor y uno en contra. Y el TCA se hace eco de buena parte de la opinión pública alemana, incluso de la opinión del presidente del Bundesbank. Y no digamos lo que piensan al respecto partidos como AfD. Hay poca eurofília en todo este sector. Incluso los grandes partidos alemanes han de tener cuidado en esto con su electorado, donde hay bastante gente nada partidaria de poner dinero para salvar a otros países.

Y sólo falta que esa escasa eurofília se vea atizada por la eurofóbia de algunos líderes italianos o por la irrefrenable propensión al déficit de líderes españoles. Hace falta mucha prudencia y sensatez en líderes políticos y creadores de opinión para que el formidable invento de la UE no descarrile.

Jesús Santidrian
Jesús Santidrian
Inspector de hacienda jubilado

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