«El acoso psicológico consiste en continuadas actitudes hostiles, dirigidas de manera sistemática por uno o varios individuos contra otro, con el fin de desprestigiar, humillar, aislar y, en último término, provocar el abandono del puesto de trabajo». Esta es la definición sobre el acoso laboral elaborada por el sindicato CSIF, que acaba de lanzar una campaña de sensibilización y asesoramiento que, bajo el nombre «Tu actitud frena el acoso laboral», pretende prevenir y afrontar situaciones relacionadas con este problema.
El objetivo de esta campaña es, en palabras del sindicato, «cerrar espacios de impunidad a este tipo de situaciones que provocan tanto dolor, angustia, pérdida de autoestima y trastornos en la salud física y psicológica de todas aquellas personas que lo sufren». Para materializar sus propósitos, CSIF estima crucial que los trabajadores permanezcan informados, conozcan los riesgos y sepan identificar este tipo de circunstancias, «a menudo silenciadas por vergüenza o miedo a posibles represalias«.
Encuesta anónima para detectar el asedio
En aras de identificar correctamente el asedio laboral y propiciar que salga a la luz, el sindicato propone que quien crea estar sufriéndolo responda a una breve encuesta anónima disponible en su página web. Con los datos que se recaben, aduce, estará en condiciones de «solicitar mayores medidas que permitan erradicar y sancionar estos comportamientos». En dicho sondeo, que puede completarse pinchando en este enlace, el usuario deber contestar a cuestiones delicadas como «¿Has sido víctima de insultos u ofensas en relación a mi forma de ser, mis actitudes o mi vida privada?», «¿Has sido controlado o vigilado en extremo?», o «¿Has sido expuesto a una carga de trabajo imposible de llevar a cabo?».
Con esta iniciativa, la asociación quiere alertar de las deficiencias sobre un problema al que, considera, no se le presta suficiente atención. Entre las carencias que observa, se cuenta que «un gran número de empresas no tienen protocolos de acoso, y en la que existen sus trabajadores lo desconocen o tienen miedo a las represalias y a perder el empleo al desvelar la situación que sufren». También que faltan «registros nacionales de protocolos y de denuncias. Al no existir datos nacionales no existe el problema. Lo que no se puede cuantificar o medir, no se puede gestionar». Estas insuficiencias, a juicio del sindicato, resultan harto preocupantes, pues el «acoso laboral puede ser una falta disciplinaria muy grave y constitutivo de delito, al que no se le está poniendo freno de manera adecuada».
España carece de cultura sobre el problema
Consultada por El Liberal, la psicóloga de adultos Eva Velázquez juzga que uno de los problemas principales en torno a este conflicto es que «España carece de cultura sobre el asunto». «Cuando un trabajador español sufre acoso«, relata Velázquez, «lo primero que piensa es que es él quien tiene la culpa de lo que le ocurre. No está educado para detectar quién puede estar ejerciéndolo sobre él y, sobre todo, sentir que tiene la razón». Y es que, en su opinión, la víctima piensa que el acosador debe de tener sus motivos para comportarse así y tiende a justificarlo. «Y eso en el caso de que el afectado asuma que está padeciendo acoso, pues la negación del problema es otro refugio psicológico recurrente en estos casos», puntualiza.
Así, según la psicóloga, el primer paso que debe dar la víctima es tomar consciencia del problema. Al parecer, muchos empleados caen en estados de ansiedad o de depresión antes de saber qué les ocurre. «Si esto acontece, debemos reparar nuestra autoestima y recomponernos emocionalmente. Si es necesario, acudiendo a un psicólogo. Desgraciadamente, es habitual que el afectado no recurra a un profesional hasta que el daño es profundo y ha debido cogerse la baja», explica. En segundo lugar, la víctima debe informarse hablando con abogados y sindicatos, y contemplar la posibilidad de una denuncia si fuese conveniente. «Se trata», resume Velázquez, «de otorgarle un contenido objetivo y legal a nuestra situación. Hasta que no afrontemos la gravedad del problema, no estaremos en disposición de superarlo.»
Daña la salud cardiovascular
De dicha gravedad dan cuenta varios estudios que alertan de que el acoso laboral no solo merma la salud psicológica, sino también la física. En este sentido, una investigación de la Universidad de Copenhague publicada en European Heart Journal analizó en 2018 los datos de 80.000 empleados de Suecia y Dinamarca y se topó con que el riesgo cardiovascular aumentaba en un 59% en aquellos individuos que declaraban haber vivido en contextos de acoso laboral. Mientras, otro estudio parecido, pero esta vez en Finlandia, concluyó que este tipo de asedio estaba vinculado con un riesgo 1,46 veces mayor de desarrollar diabetes del tipo 2 en los diez años siguientes.