La cancelación del MWC ha vuelto poner en primer plano la lucha por la hegemonía tecnológica y militar entre EE. UU y la China. No se trata de un problema meramente comercial, que también, si no de algo mucho más determinante para el futuro del planeta y de occidente. Y es que la delantera tomada por Huawei en la implantación del 5G ha encendido todas las alarmas, aunque en Europa queramos vivir de espaldas a esa realidad. Hace dos días Mike Pompeo secretario de Estado norteamericano y Mark Esper secretario de Defensa, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, han advertido a los países occidentales que como España decidan utilizar la tecnología 5G de Huawei «están poniendo en riesgo la OTAN» y que la compañía china es un «caballo de Troya» que proporcionara los datos de todos los usuarios de esos países al «Partido Comunista chino y a sus servicios secretos». Y han concluido. «Si no entendemos la amenaza y no actuamos se puede ver amenazada la alianza militar más exitosa de la historia, la OTAN».
En España el antiamericanismo tiene muchos seguidores entre la izquierda. Probablemente porqué no se percibe su contribución determinante a la derrota del nazismo por efecto de la pervivencia del régimen de Franco. Otras actuaciones más que cuestionables de los gobiernos americanos han ahondado esta malquerencia hacia los Estados Unidos: la guerra del Vietnam, su apoyo a dictadores sudamericanos, entre otras. Además, para los anticapitalistas es la personificación del mal, el enemigo a batir. Ahora la presidencia de Trump ha acentuado este antiamericanismo, olvidando que, por mucho que pueden disgustar sus políticas, el sistema democrático americano le impone unas limitaciones en sus actuaciones impensables en el régimen chino.
Europa pinta cada vez menos en el concierto occidental. Un continente envejecido y en plena decadencia. Con todos sus defectos, el único obstáculo para la hegemonía china en el mundo son los EE.UU. ¿Es sensato darle la espalda en un tema tan sensible como éste? ¿Alguien cree seriamente que China convertida en primera potencia mundial nos va a hacer más libres? ¿Alguien puede pensar que la hegemonía china no acabaría más pronto que tarde con los valores occidentales, todo lo criticables y mejorables que se quieran, pero que permiten la existencia de las sociedades más libres y respetuosas con los derechos individuales y colectivos del mundo? Yo desde luego no. De hecho, los componentes ideológicos básicos de la izquierda de hoy han nacido en las universidades americanas y sólo son posibles en países democráticos. No se trata de una opinión sino de un hecho. Deberían actuar en consecuencia.