Un 21,3% de los catalanes estaba en riesgo de pobreza en 2018, lo que equivale a más de 1,5 millones de ciudadanos, según un informe elaborado por la Fundación Rafael Campalans, vinculada al PSC
Según el documento, Desigualdades ante un futuro incierto, pese a la recuperación económica de los últimos años, ha aumentado la pobreza y la desigualdad en Cataluña. Todo ello en un contexto en el que hay que afrontar nuevos modelos de trabajo y de relaciones laborales; la digitalización; la emergencia climática; la polarización política y el auge del populismo, así como el problema demográfico, migratorio y la desigualdad de género.
Se trata del sexto dosier social que publica la entidad e incluye artículos de autores como: la Alta Comisionada para la Agenda 2030 del Gobierno, Cristina Gallach; el analista social y asesor de la ministra de Educación, Isabel Celaá, Xavier Martínez-Celorrio; la directora de Análisis Económica de la Cambra de Comerç de Barcelona, Carme Poveda, y del exlíder de ICV Joan Herrera, entre otros.
Más estudios menos riesgo de pobreza
También apunta que el riesgo de pobreza está directamente relacionado con el nivel de formación, con lo que «a más nivel de formación, menos riesgo de pobreza».
Así, el 9,7% de la población con estudios superiores está en riesgo de pobreza, mientras que la tasa aumenta hasta el 29% entre los que sólo tienen estudios de educación primaria.
En relación a la edad, cuando más joven es la población más riesgo existe de caer en este umbral: el 28% de los menores de 16 años sufren este riesgo, y la tasa entre los mayores de 65 años ha aumentado en los últimos años, pasando del 12,1% en 2015 al 19,2% en 2018.
Otro indicador para calcular este riesgo es el mercado de trabajo, con el que concretan que cuatro de cada diez personas que estaban en el paro eran pobres, y respecto a 2017, el riesgo de pobreza se incrementó entre los jubilados y las personas empleadas, y también se encuentran en esta situación el 42,9% de las familias monoparentales.