Xavier Melero, abogado de Joaquim Forn en el juicio del procés en el Tribunal Supremo, ha logrado convertirse en uno de los protagonistas y figuras estrella de un proceso penal tan mediático como trascendental en la vida política española. Su línea de defensa, llamada «técnica» y circunscrita a los hechos, ha acabado eclipsando los discursos más políticos de algunos de sus compañeros y se le ha comparado con personajes de ficción como Atticus Finch o con James Donovan, penalista americano cuya vida llevó al cine Steven Spielberg.
El interés que ha despertado es tanto que acaba de publicar un libro, El encargo (Ariel), donde narra sus vivencias del juicio además de divertidas anécdotas que se sucedieron entre sesión y sesión de la sala segunda del Tribunal Supremo. Con la libertad de quien se debe a su talento y oficio, no renuncia a compartir con el lector las impresiones sobre algunos de los protagonistas, como Quim Torra.
«Su corbata parecía elegida por Ceaucescu»
El abogado de Forn, muy atento al estilismo propio y ajeno, no se queda corto a la hora de apreciar la poca gracia del presidente de la Generalitat a la hora de vestir: «Guardaba compostura intelectual –dice de Torra– pero, como siempre, las bolsas y arrugas de su traje sugerían que había hecho el viaje a Madrid en la bodega del avión y su corbata ladeada parecía elegida por Ceaucescu«.
Melero también retrata con estilo mordaz la expresión del mandatario catalán cuando dice que era «irónica y cordial y lucía frecuentemente una media sonrisa, en armonía con su desaliño indumentario, el propio de aquellas personas a las que, por fortuna para ellas, no les importa demasiado su aspecto».
Torra y sus escritos xenófobos
El letrado del exconseller de Interior no rehuye ningún tema incómodo y aborda los artículo xenófobos que escribió Torra en El Matí Digital así como su Dietario suizo de su anterior etapa como editor. Melero empieza por destacar que es un «autor mesurado, sensible y exquisito intelectualmente» para concluir que «es cierto que entre el autor y su obra suele haber la misma diferencia que entre la oca y el foie«.
La obra del letrado catalán mantiene el tono irónico que el autor dejó entrever en más de una ocasión durante la celebración del juicio. Y se refleja en cada anécdota que cuenta el libro. Por ejemplo, cuando algunos magistrados le preguntaron por la llegada de Torra a la presidencia de la Generalitat y sus impresiones. «Dentro de poco os diré «Puigdemont sí que era un estadista»», contestó.